- Estudio BKR – Santivañez brinda recomendaciones para llevar una adecuada contabilidad y tributación.
Usualmente, las personas suelen quejarse por la SUNAT, por los impuestos, por las declaraciones y entre los motivos de carácter difícil, engorroso, etc. Sin embargo, tener claridad en la determinación de los impuestos es muy importante para las empresas, los ejecutivos que las lideran y para la sociedad en general.
Cuando un negocio empieza y hablamos en estos días de un “emprendimiento”, es normal que el dueño o gerente de ese nuevo negocio no tenga mucha idea de la tributación, el cómo, el para qué o el por qué se tributa. Algunos no le dan mucha importancia y dejan ese tema a medias. Dejarlo a medias significa, no emitir comprobante de pago (factura, boleta, etc.) cada vez que se hace una venta, no sustentar adecuadamente sus gastos para que estos sean deducibles de impuestos y dejan de lado una de las cosas más importantes, no tener una contabilidad ordenada.
Con el tiempo, el negocio va creciendo y se necesita financiamiento, préstamos y es ahí que nos damos cuenta que nos falta algo muy importante: poder demostrar que el negocio va viento en popa. ¿Y por qué no se puede? Porque no tenemos una contabilidad ordena y porque no tributamos correctamente. Es normal que la banca formal nos requiera cierta información básica para evaluar a la empresa y otorgar así un préstamo. Entonces empieza el calvario. ¿Tengo registradas todas mis ventas? ¿Todos mis activos? ¿Mi tributación demuestra que mis ventas son reales? Y ahí, cuando la respuesta es NO, nos damos cuenta que la banca formal no nos prestará el capital de trabajo que necesitamos. En este escenario el camino que le queda al empresario o ejecutivo es financiarse a través del mercado informal, con prestamistas cuyas tasas de interés son mucho más altas que la banca formal.
Ahora bien, si se nos cerró la puerta de la banca, y se nos ocurre conseguir inversionistas en mi empresa, que hagan un incremento en el capital social y así conseguir los fondos que necesitamos, ese potencial inversionista probablemente nos hará las mismas preguntas del banco, y ya sabemos cuál será la respuesta.
“Es importante recordar que además de los motivos mencionados por los cuales debemos tributar correctamente, existen leyes tributarias, como por ejemplo, la Ley del Impuesto a la Renta o la Ley del IGV, que nos obligan a tributar por nuestras ganancias o por nuestros consumos y el no hacerlo correctamente originaría multas tributarias y dependiendo del caso y si se demuestra un incumplimiento voluntario, recurrente, con deliberada intención, puede constituir un delito tributario y la consecuencia podría ser una pena privativa de la libertad, es decir, la cárcel”, señala Juan Santivañez – Socio en BKR – Santivañez.
En este escenario de tributación, existen 5 razones para que un ejecutivo tenga una adecuada asesoría en temas contables y/o tributarios podríamos mencionar, los cuales son:
- Una contabilidad ordenada nos permitirá saber cómo va realmente nuestros negocios
- El tener una contabilidad ordenada nos ayudará a tener una tributación correcta
- Al tener una tributación correcta, no seremos sujetos de multas por parte de la SUNAT, ni tendremos el riesgo de ser inmersos en un proceso penal por evasión de impuestos
- Como consecuencia de los 3 puntos anteriores, seremos sujetos de crédito en la banca formal y no tendremos que pagar las altas tasas de interés de los mercados informales
- Podríamos lograr conseguir personas o empresas que quieran invertir en nuestro negocio y así levantar fondos sin costos financieros. Es más, podría intentar ingresar al mercado valores y cotizar nuestras acciones en la Bolsa de Valores de Lima. Aunque en este caso, nos pedirán, entre varias cosas, que nuestra información contable esté auditada. Espero poder explicarles lo que significa una auditoría financiera en un futuro.
En resumen, la lógica de la tributación en nuestro sistema es la de redituar la riqueza, haciendo que los que generen ganancias, compartan una parte de ellas vía impuestos y así financiar al Estado y que este nos pueda proveer de servicios como infraestructura pública, salud, educación, seguridad, etc. Es una forma de equiparar las desigualdades y que todos podamos tener los mismos servicios y las mismas oportunidades.