Por: Yuriko Huayana, Country Manager de VTEX Perú
“Los hábitos de consumo ya cambiaron. Las compras online no son exclusivas de algún sector poblacional o nivel socio económico, por ende, estamos ante una gran posibilidad de crecer, escalar y avanzar más allá de Lima”
Para nadie es ajeno entender que el nivel de centralización del comercio electrónico en el país es sumamente fuerte, y solo en Lima tenemos una tarea pendiente con la bancarización, pero, sobre todo, con el consumo e infraestructura a nivel nacional. Esa brecha es la que explica por qué en pleno 2021 y post confinamiento COVID el 90% de las ventas online siguen estando en la capital.
Las razones para reforzar este hábito de consumo centralizado son muchas, entre ellas, la posibilidad de entregas en el mismo día, compras seguras (sin fraude) y tickets de compra más altos. No obstante, debemos recordar que nuestra labor es también evangelizar las zonas rurales a fin de generar crecimiento y desarrollo, siendo ahora “las compras online” la gran carta a jugar. Con las ventas por plataformas digitales, el riesgo de inversión para montar una tienda virtual es menor y por ende existe mayor posibilidad de éxito.
Los hábitos de consumo ya cambiaron. Las compras online no son exclusivas de algún sector poblacional o nivel socio económico, por ende, estamos ante una gran posibilidad de crecer, escalar y avanzar más allá de Lima.
No obstante, es importante considerar todos los pros y contras de implementar una tienda virtual; es como hacer un símil entre poner un negocio o simplemente quedarse viendo cómo los grandes retailers manejan todo el mercado. Todos vamos a coincidir en algo bajo esa perspectiva y es el hecho de que tenemos que arriesgarnos e invertir en un negocio, siendo el digital la opción más viable en estos tiempos y con mejor retorno en tiempo récord.
Gracias a las billeteras electrónicas y la digitalización de algunos grandes negocios que tienen sede en provincias, esta labor cada vez es menos una utopía. Estamos ante un momento clave y es justamente ahí donde debemos marcar la diferencia de dejar el sesgo y empezar a descentralizar el comercio pues el consumo digital ya se está moviendo hacia esa dirección.