Ricardo Márquez - Presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI)
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Debemos contar con sectores adicionales a la minería y a la agroindustria que impulsen el crecimiento económico
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Se requiere impulsar nuevos sectores que permitan retornar una senda del crecimiento anual de 6%
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Debemos reducir la vulnerabilidad externa de exportar commodities, y apostar por una economía más diversificada, con mayor valor agregado y mayor grado de empleo formal
El presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Ricardo Márquez, opinó que urge implementar políticas sectoriales para generar empleo formal en los próximos 18 meses y disminuir la pobreza en el país, porque si bien la evolución de la economía peruana en las últimas dos décadas ha sido fructífera, ésta no es suficiente para mantener un crecimiento sostenido y equitativo, donde todo el aparato productivo crezca de manera uniforme, a fin de no generar mayor informalidad a la cifra actual de 72,5% y se visualice una mayor desigualdad en nuestra sociedad.
En el periodo de análisis -Márquez prosiguió- el PBI ha crecido 151%, la exportación minera se multiplicó por 10, y la agropecuaria por 18; además el nivel de pobreza disminuyó de más de 50% a 20,7%. Indudablemente, estos resultados son fruto de una política sectorial orientada a la minería y a la agroexportación, la misma que fue y sigue siendo exitosa.
No obstante, en los últimos años la economía ingresó a un proceso de desaceleración en su crecimiento que no ha permitido reducir pobreza y crear empleo formal en la velocidad y en la magnitud que el país necesita para seguir generando mayor nivel de vida y expandir la proporción de clase media en el Perú.
Entre el 2008 y el 2012 la economía peruana creció en promedio 5,4% anual, lo cual propició que el empleo formal del sector privado aumente en 7,8% anual. Este impacto positivo aumentó el bienestar de la población y redujo los niveles de pobreza en nuestro país, sólo entre el 2008 y el 2012 la pobreza decreció en 11,5 puntos porcentuales. Los factores que impulsaron el crecimiento estaban vinculados a un entorno propicio de la promoción de la inversión privada y a un vigoroso crecimiento de China que demandaba cada vez commodities para su desarrollo industrial.
A partir del 2013, la situación fue distinta, la economía siguió creciendo, pero a tasas menores. Entre el 2013 y 2017 el Perú creció anualmente en 3% y el empleo formal privado lo hacía en 2,4%. En ese periodo la pobreza disminuyó sólo en 2,2 puntos porcentuales. El líder empresarial se pregunta: ¿por qué se estancó la reducción de pobreza, antes reducíamos 11 puntos en cinco años?, la respuesta a esta interrogante tuvo varios factores: alta sobrerregulación, carencia de señales inequívocas de estabilidad jurídica que redujeron la confianza empresarial y afectaron la inversión privada, así como la falta de reformas estructurales que aumenten la eficiencia de la economía nacional, precisó Márquez.
Por ello, señaló que si queremos seguir reduciendo los niveles de pobreza, como se registraba hasta el 2012, requerimos contar con sectores adicionales a la minería y a la agroindustria que impulsen el crecimiento económico. “Necesitamos que estos sectores sigan creciendo con éxito, pero para ello se requiere impulsar nuevos sectores que permitan retornar a una senda del crecimiento anual de 6%”, acotó.
En ese contexto, Márquez argumentó que el país requiere fortalecer y reactivar sectores productivos generadores de valor agregado, de alto potencial de crecimiento y de alta incidencia en empleo. Por ello consideró que deben implementarse políticas sectoriales para acuicultura, forestal, pesca de consumo humano directo, textil y confecciones, y para la industria del conocimiento.
Teniendo en cuenta que aspiramos reactivar la actividad económica en el corto plazo y considerando que la acuicultura y el sector forestal requieren un proceso de maduración productiva de mediano y largo plazo, por ahora nos enfocaremos a las otras actividades mencionadas.
Este pedido se sustenta en que el sector pesca para consumo humano directo exportó US$ 1323 millones el año pasado, y Ecuador vendió al exterior US$ 4000 millones, por esta situación, Márquez se plantea la siguiente interrogante: ¿cómo puede haber esa diferencia si la extensión de nuestra costa es mayor que la de nuestro vecino del norte? ¿En qué estamos fallando?, por eso precisa que necesitamos políticas específicas para fortalecer este sector generador de empleo formal y de divisas.
En lo que respecta al sector confecciones, mencionó que es una actividad económica descentralizada y orientada principalmente a la generación de puestos de trabajo dirigidos a la mujer, por lo que impulsar su crecimiento no solamente es un catalizador de la economía descentralizada, sino que se constituye en una herramienta dinamizadora de la economía familiar. Agregó que “es una industria inclusiva porque incluye la cadena productiva del algodón, ya que su reactivación requiere ampliar la siembra de algodón Pima, que el sector privado necesita para confeccionar prendas de vestir y que en coordinación con el Ministerio de Agricultura, está dispuesto a comprar la producción de algodón”.
Adicionalmente, dijo que se puede reactivar en forma inmediata ya que cuenta con capacidad instalada de plantas y fábricas no utilizadas. La cadena textil-confecciones exportó US$ 2 mil 177 millones en el 2012, el año pasado las ventas al exterior fueron de US$ 1 mil 400 millones.
El líder empresarial, también se refirió a otros sectores potenciales como son las industrias del conocimiento, a modo de ejemplo citó a la exportación de software, marketing digital, servicios de ingeniería y arquitectura, creatividad audiovisual, franquicias, biotecnología, entre otros, donde nuestro país tiene un buen potencial.
Ante este planteamiento del sector industrial, Márquez solicitó al Gobierno la urgente necesidad de tomar la decisión de impulsar nuevos sectores de la actividad productiva orientada a la exportación no tradicional. “Consideramos que si se aplican políticas específicas para los sectores productivos mencionados, no sólo se reduce la vulnerabilidad externa de exportar commodities, sino que tendríamos una economía más diversificada, con mayor valor agregado y con mayor grado de empleo formal.