Por: Rosa Félix
Cofundadora de Tucambista
La evolución de la digitalización ha permitido comprender la importancia de la tecnología, en el ámbito personal, profesional y económico. Una apropiada educación financiera mejora la toma de decisiones de ahorro e inversión en un mercado local e internacional, y es una pieza fundamental para promover estabilidad y bienestar monetario en una nación.
Esto permite entender cómo funciona el dinero en un mundo cada vez más tecnológico, administrar e incrementar un propio capital y ser menos propenso a problemas financieros. Ante ello, recurrir a herramientas diseñadas estratégicamente será el complemento ideal para contribuir con el aprendizaje y entender el comportamiento de la economía para aplicarlas en las finanzas personales del día a día.
Adquirir nuevos conocimientos y habilidades para utilizar los mejores recursos para salvaguardar nuestra economía permitirá darle el uso adecuado y responsable a los productos y servicios financieros.
Si bien en el ámbito de regulaciones aún nos falta mucho camino por recorrer, algunos actores del sector financiero han empezado a implementar pequeños, pero significativos cambios con miras a una sólida digitalización que cambie el futuro no solo de los peruanos, sino la forma de transaccionar a nivel global y lo que se espera de ella hacia el futuro.
La adopción digital, ha permitido que muchos usuarios se adecuen a las nuevas tendencias del mercado. Sin embargo, existe un grupo, mayores de 50 años, que aún siente temor y cierta frustración al usar plataformas virtuales, toca crear, adaptar, y acompañar para seguir promoviendo la digitalización en ese nicho importante de la población. Sobre todo, de aquellas que viven fuera del sistema bancarizado. Es por ello, que las plataformas virtuales, deben trabajar en opciones más intuitivas, de fácil acceso, comodidad y rapidez.
De acuerdo a las necesidades de los usuarios, las entidades financieras se van adaptando. Hoy en nuestro país existen bancos totalmente digitales, están dirigidos en su mayoría a pymes y empresas, las cuales en muchas oportunidades no son las prioridades de los grandes bancos. Es una tendencia que seguirá vigente y se extenderá durante los próximos años.
La capacidad financiera y el conocimiento que tengamos de la misma, tiene que estar al corriente de las nuevas tendencias comerciales que ya existen en los mercados internacionales. La expansión global, permite explorar nuevas regiones, y la transformación digital ha permitido potenciar los pagos internacionales digitales que serán un boom durante el 2022.
En conclusión, se ha demostrado que la transformación digital ha aportado de manera significativa la reactivación económica, potenciando negocios, y es que las nuevas exigencias del mercado han forzado a los comercios a innovar y reaprender, invitándolos a incorporar herramientas virtuales que mejoren la experiencia de sus clientes. En ese sentido, la educación financiera tiene el gran reto de seguir adaptándose de acuerdo a las nuevas reglas que exige el mundo digital.