La tecnología como pieza clave para el futuro del trabajo

Por: Cibele Giarrante,

Directora Sénior de Recursos Humanos en Lumen, Brasil

¿Cómo habría sido el período de la cuarentena si no hubiésemos tenido internet? Además de ayudarnos a estar en contacto con amigos y familiares a pesar de la distancia, internet fue la herramienta de trabajo principal de gran parte de la población de todo el mundo.  Sin ella, el home office de mucha gente no habría tenido lugar. En última instancia, no solo salvó a las empresas y a los puestos de trabajo, sino que, sobre todo, salvó vidas.

Comienzo este texto hablando de ello para mostrar cuán dependientes nos hemos vuelto de la tecnología para sobrevivir. Y la tendencia, como sabemos, es que esto continúe.

En cuanto al mundo del trabajo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que 32% de los empleos sufrirán cambios tan significativos debido al uso de las nuevas tecnologías que exigirán un gran esfuerzo de adaptación por parte de las empresas y de sus colaboradores. También, según el estudio, se estima que el 14% de los puestos de trabajo están en riesgo de desaparecer por completo debido a la implementación de procesos de automatización e inteligencia artificial. Esto se debe a que cuanto más predecibles son las tareas relacionadas con un trabajo, el mismo se torna más susceptible de automatización.

Si bien este estudio es anterior a la pandemia, la tendencia es que estos números se mantendrán e incluso sean superados. En el informe: “El futuro del trabajo pos-COVID-19”, elaborado por la consultora McKinsey Global Institute, los autores afirman que, “históricamente, en momentos de crisis y recesión, las empresas suelen controlar los costos y mitigar las incertidumbres de dos formas: adoptando la automatización y rediseñando los procesos de trabajo, reduciendo principalmente la proporción de puestos de trabajo que involucran tareas de rutina”.

Para corroborar dicha conclusión, la consultora partió de datos compilados en una investigación global entre 800 ejecutivos sénior, que si bien es de 2020, se detectó un patrón: dos tercios de los encuestados dijeron que estaban aumentando las inversiones en automatización e inteligencia artificial de forma moderada o significativa.

Por otro lado, las nuevas tecnologías no pueden ser vistas como las malas de la película. En definitiva, llevan consigo el potencial para abrir nuevos puestos de trabajo; de hecho, muchos negocios hoy en día solo existen gracias a la tecnología y a internet, que han multiplicado las oportunidades laborales, algo que se hizo aún más evidente durante la pandemia.

Nuevos modelos de trabajo

Los años 2020 y 2021 estuvieron marcados por una creciente evolución digital, que avanzó al menos una década en tan solo unos meses. La forma en que trabajamos ha cambiado en muy poco tiempo gracias a los recursos tecnológicos que posibilitan la interacción y la colaboración digitalmente, como las videoconferencias y los archivos compartidos directamente en la nube.

Como consecuencia, estamos ante una nueva era, que la plataforma LinkedIn ha denominado la “Gran Reorganización”. En su informe Tendencias Globales de Talentos para 2022, la red social de negocios afirma que “mientras los empleadores están repensando su cultura y valores, los colaboradores buscan flexibilidad, cuidado y equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y demuestran una voluntad sin precedentes de buscar nuevas oportunidades si no se satisfacen sus necesidades”.

Además de eso, se prevé un gran crecimiento de la demanda de competencias tecnológicas hasta 2030. Respecto del área de TI específicamente, el informe de la consultora McKinsey revela, por ejemplo, que la demanda de trabajadores en puestos de trabajo STEM (sigla en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) puede crecer más que antes de la pandemia, reflejando un mayor foco en dicha área a medida que la población envejece y aumentan los ingresos, más allá de la necesidad cada vez mayor de personal capaz de crear, implementar y mantener nuevas tecnologías.

Estos serán los profesionales encargados de hacer frente a plataformas cada vez más complejas, capaces al mismo tiempo de humanizar y mejorar la experiencia de todas las personas involucradas. Sin embargo, lo cierto es que, debido a la desigualdad social, gran parte de la población sigue estando un paso por detrás respecto de los grandes avances tecnológicos y probablemente este sea el mayor desafío a debatir sobre el futuro del trabajo.