UNA PERUANA DE EXPORTACIÓN

Por: Edy Quiñonez

Emilia Vicenta Huamani, salió del Perú con destino a Argentina cuando aún era menor de edad. Actualmente, la exitosa empresaria cumple 10 años dando servicios de Catering en forma independiente a diplomáticos en Estados Unidos.

La hija predilecta de Rócchacc, Emilia Huamani, conversó en exclusiva con Revista Economía. La actual emprendedora, salió a los 15 años de su pequeño pueblo en Apurímac en busca de mejores oportunidades. Las tierras gauchas fueron su primer destino. Rápidamente tuvo que enfrentar dificultades y tomar decisiones que le llevaron a su buen presente.

¿Cómo llega a Estados Unidos?

Cuando salí de mi país (Perú), era muy joven, me fui a los 15 años. Mi primer destino fue Argentina, llegué para un trabajo por medio de un canciller, y me incorporé después para una embajada. Trabajé muchos años para la embajada de Venezuela, laboré como 14 años allí, en el transcurso se me presenta la oportunidad para irme a Washington – Estados Unidos. Pero, en ese momento, me enamoré en Argentina, mi novio me dijo en su momento: “No seas boluda andate, acá no estás bien, es tu oportunidad.” Mi respuesta era no porque estaba a punto de casarme. Finalmente, tomé la decisión de irme por medio de un trabajo que me ofrecieron los embajadores en Estados Unidos.

Desde que llegué allá, trabajé con los diplomáticos, fue mi novio y me casé allá, tuve un hijo, ahora él tiene 29 años, es grande y se casó hace poco, estudió relaciones internacionales y actualmente está trabajando en El Capitolio. Después de muchos años dejé de trabajar con los diplomáticos, ahora trabajo por mi cuenta, cree mi propia compañía. Luego dejé la visa diplomática y me convertí en residente, ahora ya tengo la nacionalidad.

Todos vuelven

Después de muchos años volví a Perú para visitar a mi familia. Regreso a Lima luego de 10 años y mi tierra natal que es Andahuaylas – Apurímac luego de 20. Al volver a mi pueblo, sentí algo nostálgico y hasta me dan ganas de llorar, desconozco el pueblo que yo había dejado y que hoy es una ciudad totalmente diferente.  Si no hubiera sido por mis hermanos, me hubiera perdido.

Me siento muy satisfecha de haber vuelto, de ver a mis hermanas, sobrinos, familia. Ahora estoy por retornar para Washington, pero me voy muy feliz de ver a mi gente, a mi pueblo. Para llegar a donde estoy no ha sido fácil, ha sido un trayecto largo.  Me siento muy orgullosa de haber sido de este país, de Perú, especialmente de Andahuaylas-Apurímac.