Por Giancarlo Ameghino, Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland
Toda compañía se debe a sus colaboradores. La fuerza productiva es el eje de la creatividad, innovación y de mejora continua. Para que los trabajadores tengan una visión integral del negocio, cada vez se escucha más el término de rotación de puestos. Este supone el cambio de un departamento donde se estaba laborando a uno distinto, para que las funciones varíen, sin que esto suponga una alteración abrupta en el rendimiento organizacional.
Sin duda alguna, este sistema, propio de operaciones caracterizadas por una estructura flexible, las cuales se están haciendo más comunes en el mercado actual, trae numerosas ventajas. Para comenzar, los nuevos retos y responsabilidades pueden resultar motivantes para algunos colaboradores; ya que, implican una modificación en su rutina, con actividades y aprendizajes diferentes. Sumado a ello, se encuentra el hecho de que el trabajador puede evaluar en qué área se siente más cómodo y tiene una mejor performance, permitiéndole un mayor desarrollo profesional y personal, pues, gracias a la experiencia práctica, identificará con más facilidad las áreas que realmente le interesan.
Si bien todo cambio trae consigo procesos que requieren de adaptación y formación ―los cuales pueden tardar semanas o, incluso, meses―, la rotación laboral es una excelente alternativa para dinamizar las organizaciones y evitar el inmovilismo, que podría afectar gravemente elementos como la productividad. Con este modelo, los niveles de satisfacción al interior de la compañía aumentan y disminuye la búsqueda de nuevas oportunidades por parte de los trabajadores. Además, el sentido de pertenencia y compromiso hacia la empresa se fortalecen.
De esta forma, las ideas y proyectos que surjan serán más novedosos, con una perspectiva que entrelace e integre varias áreas, obteniendo resultados que van más allá de lo esperado. Es así como este modelo se convierte en la combinación idónea entre los conocimientos de un colaborador con experiencia y el ímpetu de uno joven. Por el lado de las jefaturas, la rotación de cargos puede ayudar a los gerentes a explorar nuevos talentos que se encontraban ocultos.
Para poder aplicar adecuadamente este método, se hace necesario atraer a los perfiles correctos; es decir, aquellos que poseen habilidades variadas y potencial de crecimiento. A su vez, es indispensable poder proporcionarles un clima laboral óptimo, donde puedan expresar sus dudas e inquietudes, sin temor a críticas. Es así como estas personas querrán continuar formando parte de la compañía.
Es cierto que aún existen detractores de esta práctica, sobre todo, aquellos que están a favor de la especialización de procesos; sin embargo, la implantación de este sistema parte de las necesidades de las compañías. La clave de este sistema ―que, a la larga, puede suponer una ventaja competitiva― está en la planificación y el establecimiento de objetivos.