En el 14º Índice Global de Pensiones del Mercer CFA Institute (MCGPI), publicado por Mercer y el CFA Institute, Perú bajo la calificación de C+ a C.
- El índice compara 44 sistemas previsionales y cubre el 65 % de la población mundial
- Por segundo año consecutivo, Islandia encabeza la lista
- A medida que más empleadores pasan de ofrecer planes de beneficios definidos a contribución definida, los jubilados se exponen a mayores riesgos financieros
El MCGPI es un estudio integral de los sistemas de pensiones a nivel global, que abarca el 65% de la población mundial. Compara los sistemas previsionales de todo el mundo, resalta algunas de sus deficiencias y sugiriere posibles áreas de reforma que permitirían ofrecer beneficios de jubilación más adecuados y sostenibles.
Este índice compara 44 sistemas de renta de jubilación, que cubren el 65% de la población mundial. A medida que los empleadores pasen de los planes de prestación definida a los de aportación definida, los jubilados asumirán mayores riesgos financieros.
El Dr. David Knox, socio senior de Mercer y autor principal del estudio, destaca la importancia de contar con planes de jubilación sólidos ante la creciente incertidumbre externa.
“Desde hace un tiempo, las personas han asumido mayor responsabilidad sobre los ahorros para su jubilación; con los altos niveles de inflación, las tasas de interés en aumento y la mayor incertidumbre respecto de las condiciones económicas, el entorno se vuelve cada vez más complejo y volátil. Si bien las influencias sociales, políticas, históricas o económicas difieren según la geografía, muchos de estos desafíos son universales. Y aunque las reformas necesarias pueden requerir tiempo y un análisis minucioso, los responsables políticos deben hacer todo lo posible por garantizar que los planes de jubilación cuenten con respaldo, se actualicen y estén bien regulados”, señala Knox.
Marg Franklin, presidenta y CEO del CFA Institute, recalca el entorno dinámico del sector de inversiones.
“Desde la creación del Mercer CFA Institute Global Pension Index, la administración de inversiones y el sector previsional en general han afrontado desafíos extraordinarios. Habrá que contar con estrategias y productos financieros nuevos para que el beneficiario acceda a una rentabilidad adecuada. El último año, pasamos de un entorno de tasas de interés ‘más bajas por más tiempo’ a tasas de inflación considerables, tasas de interés cuatro veces mayores en algunos mercados globales y aumento del costo de vida para muchas personas; todo esto afectó notablemente los ingresos fijos de los jubilados”, afirma Franklin.
Teniendo en cuenta esto y en un contexto mundial en donde las pirámides poblacionales han cambiado y existen cada vez menos trabajadores activos por cada pensionado, la necesidad de ahorrar para el futuro es crucial y en ese orden de ideas, el nivel de activos y de ahorros que se tienen para afrontar los pagos a la vejez, es decir, los beneficios pensionales al momento del retiro, juegan un papel fundamental.
Por otro lado, los niveles de educación previsional en el Perú son bajos y esto hace que el ciudadano no sea consciente de la importancia de ahorrar para su vejez, la contribución al sistema pensional se ve como un verdadero impuesto y ante cualquier posibilidad de acceder a esos recursos, el peruano ha decidido acceder al recurso, retirarlos y utilizarlos para un propósito muy diferente a la construcción de un ahorro pensional.
Por esto, las consecuencias de las decisiones políticas de permitir el acceso a los recursos pensionales no han sido previstas, lo que sí está claro es que el futuro pensional peruano es complemente incierto. Teniendo en cuenta lo anterior, David Cuervo, Director Unidad de Negocio Bienestar Financiero y Patrimonial (Wealth) para Mercer Andina, CA y Caribe comenta, “el permitir el acceso desmedido a los ahorros pensionales para satisfacer las necesidades del hoy, comprometen ampliamente y de manera grave la sostenibilidad financiera del sistema pensional.
En la actualidad, el sistema de ingresos de jubilación de Perú se compone de una pensión condicionada a los recursos que se paga a los necesitados y de dos sistemas de pensiones paralelos y excluyentes entre sí. Las personas pueden elegir en el momento de la afiliación entre un sistema público de reparto y un sistema de capitalización gestionado por el sector privado. Las personas acogidas al régimen público pueden cambiar; en caso contrario, se trata de una decisión irreversible. Los empleadores no contribuyen al sistema: todas las contribuciones las hacen los empleados.
“La autorización del nuevo retiro de dinero de los fondos de pensiones privados se produce con el argumento de ayudar a las familias afectadas económicamente por la pandemia y las alzas de precios, pero esto lo único que genera es un alto impacto social en los mayores de 65 años” agrega Cuervo
El cambio a planes de contribución definida aumenta la incertidumbre entre los jubilados
Es fundamental que, en el momento de jubilarse, las personas tomen la mejor decisión financiera para maximizar el valor de los activos de jubilación con contribución definida de que disponen. Así como la diversificación es un elemento clave de todo plan de inversión, los individuos también pueden buscar diversificar los ahorros para su jubilación entre ingresos regulares, protección adecuada y acceso al capital, así como también expandir las fuentes de apoyo financiero, como el gobierno, un plan de pensión privado y ahorros personales.
Los datos
Globalmente, Islandia obtuvo el valor general más alto del índice (84.7), seguido de cerca por Holanda (84.6) y Dinamarca (82.0). Tailandia ocupó el último lugar (41.7).
El índice utiliza el promedio ponderado de los subíndices de adecuación, sostenibilidad e integridad. Para cada subíndice, Islandia logró el valor más alto en adecuación (85.8) y sostenibilidad (83.8), mientras que Finlandia encabezó la lista en integridad (93.3). Los sistemas con los valores de subíndices más bajos fueron India en adecuación (37.6), Austria en sostenibilidad (22.7) y Filipinas en integridad (30.0).
Dentro de América Latina, Uruguay logró el puntaje más alto, con 71,5, dado el nivel de adecuación del beneficio (84,5) que recibe la población en función de su nivel de ingreso; así como la integridad en el sistema (79,8), pero al igual que la gran mayoría de sistemas en el mundo, enfrenta desafíos que obligan a una agenda de reformas para mantener el camino progresivo de proveer un suficiente y sostenible sistema de protección a la vejez.
Perú aunque subió su calificación en el índice general a 55.8 versus 55 puntos que obtuvo en el 2021, es una mejora explicada principalmente por un ajuste en la metodología que reconoce los esfuerzos en proveer mejores beneficios a los menos favorecidos y el aumento en la cobertura de esquemas de protección a la vejez; sin embargo en el ranking bajo del puesto 29 al 30, una desfavorable posición que ratifica la necesidad de realizar ajustes al sistema pensional peruano, donde se concentren esfuerzos en mejorar los niveles de cobertura de la población, mayor foco en la atención de la vejez de los menos favorecidos y la salvaguarda del ahorro pensional, independiente que su administración sea realizada por el Estado o los privados, o en un correcto balance de éstos.
México fue el país con la mejora más notable respecto de 2021 gracias a su reforma previsional que aumentó los resultados para las personas y mejoró la regulación previsional.
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