Además de contribuir con la reducción de los gases de efecto invernadero, ser una empresa carbono neutral nos abre nuevas oportunidades de negocio, potencia la imagen corporativa y nos acerca al nuevo consumidor; explica la directora de nexos+1.
Para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1.5°C, el Acuerdo de París compromete a los gobiernos y empresas líderes del mundo a reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero, como el dióxido de carbono. “Esta voluntad se fortalece con la aparición de un nuevo consumidor responsable, que opina que las empresas sostenibles son importantes (83%, según EY 2017), y que pagaría más por un producto con menor huella de carbono (64%, según Global Reputation Trust Index 2019)”, explica Marian Buraschi, directora de la plataforma nexos+1, que impulsa acciones para mitigar el cambio climático desde el sector privado. Pero, ¿qué pasos debe seguir una empresa para unirse a esta tendencia carbono neutral?
- Medir las emisiones. La medición de la huella de carbono permite a las empresas conocer el impacto de sus operaciones en el calentamiento global. Este impacto puede darse de forma directa, por las operaciones que la empresa desarrolla, y de manera indirecta, por energía consumida o por productos y servicios adquiridos que han generado emisiones al ser producidos. “Conocer la composición de la huella es clave para enfocar nuestros esfuerzos de reducción”, señala Buraschi.
- Fijar un objetivo y analizar opciones. Una empresa que busca ser carbono neutral debe fijar compromisos de reducción de emisiones alineados con el objetivo mundial: un mundo cero emisiones al 2050. Las opciones de reducción se pueden encontrar dentro de 3 ejes: procesos internos, cadena de valor, y los productos y servicios que ofrecemos. A nivel global, las soluciones climáticas más efectivas son diversificación energética hacia fuentes renovables, electrificación del transporte, conservación y regeneración de ecosistemas, y transición hacia una economía circular cero residuos.
- Establecer un plan y ponerlo en acción. Lo más recomendable es empezar por aquellas opciones con mucho potencial de reducción y poco costo de implementación; y luego con aquellas que requieren de más inversión y cambios estructurales, que son esenciales para llegar a la meta de la carbono neutralidad en una empresa.
Dentro de las opciones de corto plazo se pueden encontrar aquellas que afectan procesos internos, tales como cambios en el uso de tecnologías y en el comportamiento humano; y otros con impacto en la cadena de valor, como trabajar con proveedores responsables. Dentro de las opciones de mediano o largo plazo se encuentran las que involucran mayores costos, como cambios en la matriz energética, o investigación y desarrollo para mejorar algún proceso productivo. “Cabe recordar que, sin una adecuada sensibilización y capacitación del equipo, ninguna estrategia de acción climática será realmente sostenible”, explica la directora de nexos+1.
- Reportar y verificar. Ya es una práctica usual que muchas empresas transparenten sus impactos y acciones de sostenibilidad, incluyendo las de mitigación del cambio climático, a través de reportes anuales. Una manera de dar mayor credibilidad a esto es realizar una verificación de tercera parte, a través de un auditor externo calificado para la revisión y verificación de las estimaciones. Este proceso se puede realizar bajo el grupo de normas ISO 14064.
- Compensar. Finalmente, la empresa comprometida debe compensar las emisiones de gases de efecto invernadero que no se pueden reducir a través de la gestión y la innovación. Para ello se adquieren bonos o créditos de carbono a través de los dos mercados existentes: el mercado regulado, que es utilizado por empresas y gobiernos que por ley tienen un límite de emisiones establecido y deben rendir cuentas; y el mercado voluntario, donde la oferta y demanda es variada, y se pueden encontrar todo tipo de proyectos con diversos estándares.