La producción española en el ámbito industrial no ha parado de crecer desde la pandemia.
El IPI (Índice de Producción Industrial) se incrementó cerca de un 3% en 2022 lo que hace presagiar que continuará ese crecimiento y más, si cabe, si se sigue apostando por la producción más cercana no solo para cubrir la demanda nacional sino también de cara a exportaciones.
¿Cuáles de las producciones necesitan el frío industrial? “Hay una serie de industrias que necesitan una refrigeración específica. En el ámbito de la industria alimentaria está muy claro por qué, pero no es la única industria que se beneficia de este tipo de soluciones de maquinaria para mantener productos a bajas temperaturas” explican desde Coreco.
Se refieren, en este caso concreto, a la industria química. La importancia que han tenido las temperaturas extremas para conseguir ciertas reacciones químicas han sido claves. La conservación de reactivos, la estabilidad de los productos y demás procesos se ha visto clave por ejemplo en la época de vacunación y ha mostrado todo su potencial.
Pero no es el único campo. La industria petroquímica tiene una clara necesidad de usar frío industrial para controlar productos que son altamente inflamables si no se cumplen ciertos requisitos, siendo así la única forma de garantizar cierta seguridad.
Por suerte, la industria que se dedica a la creación de maquinaria que garantice este frío industrial está también en constante desarrollo, presentando al mercado soluciones mucho más avanzadas que garantizan una estabilidad de temperatura, alertas e incluso el uso se está empezando a trabajar tanto con inteligencia artificial y machine learning para ir mejorando los procesos en un periodo de tiempo medio.
“Esto ya está haciéndose en la búsqueda de cuartos más refrigerados para que tengan menos consumo de energía por ejemplo en los servidores de Google. No obstante, como todo, está en pleno desarrollo ya que el control de ventilación, humedad y resto de variantes podría ser la clave para conseguir rebajar el consumo hasta en un 40%” explican.
Si esto se extrapolara también a las industrias, sería una buena noticia para mejorar su optimización de recursos y el abaratamiento de producciones y, por tanto, de precios finales.