¿POR QUÉ NECESITAMOS MÁS EMPRESAS LIDERADAS POR MUJERES?

  • Estudios demuestran que las mujeres en puestos de liderazgo empresarial forjan empresas más sólidas y equitativas. Sin embargo, en el Perú, apenas el 13% de mujeres ocupan puestos de alto mando.

Marzo, mes que se conmemora a la mujer y su lucha por la igualdad, el reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos. En una retrospectiva de lo que se ha logrado, y de lo que todavía falta, nos centramos en un escenario desafiante como los directorios o gerencias de las empresas peruanas, donde la participación femenina aún es reducida.

Un reciente estudio binacional de la Universidad de Chile, afirma que los negocios liderados por mujeres en Perú y Chile, tienden a progresar de manera rápida y alcanzar niveles de rentabilidad superiores al promedio. Esa percepción sesgada al asociar el emprendimiento femenino a la vulnerabilidad o precariedad cada vez deja de tomar fuerza y se relaciona más con el alto impacto, innovación e igualdad de oportunidades.

Además, el Banco Mundial refuerza esta afirmación, señalando que las empresas con presencia femenina en cargos de alto mando, son un 25% más productivas que los negocios liderados por hombres exclusivamente. Estos resultados demuestran un avance en el impulso del liderazgo femenino, sin embargo, aún queda mucho camino que recorrer.

Según el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg, que encuestó a más de 300 empresas en Latinoamérica, muestra que las empresas dirigidas por mujeres tienen una mayor representación femenina en todos los niveles. Sin embargo, si nos referimos a cargos de liderazgo en empresas, en nuestro país solo un 13% de mujeres ocupa cargos directivos, una cifra insuficiente para reducir la brecha ocupacional de género.

Women CEO Perú indica que los factores que inciden en este bajo porcentaje son estructurales. Por ejemplo, las políticas de cuidado, muchas trabajadoras son madres y no tienen facilidades de tener un lactario adecuado dentro de la empresa o una guardería cercana a su centro de labores, sin considerar la inequidad entre las licencias de maternidad y paternidad. También influyen otros aspectos culturales como el estereotipo o sesgo de género, la segregación laboral y las responsabilidades familiares.

José Miguel Gamero, Chair de Vistage, la red de coaching ejecutivo más grande del mundo, precisa que este es el momento indicado para que las empresas reformulen sus políticas y prácticas de Talento Humano para promover una verdadera inclusión femenina en el liderazgo de una organización. “Los procesos de reclutamiento, evaluación de desempeño y promoción pueden adaptarse para incorporar elementos que promuevan la igualdad de oportunidades. Por ejemplo, se puede ampliar la fuente de reclutamiento al incluir una base femenina de aplicantes. También se puede implementar programas de entrenamiento ejecutivo para la formación de líderes mujeres dentro de la organización”.

Por ello, el abordaje de temas de género en una compañía debe formar parte de su cultura organizacional. Una presencia equilibrada entre mujeres y hombres en puestos de gerencia o toma de decisiones, permitirá lograr la igualdad y edificar comunidades más justas. Implementar una política de mayor participación femenina no significa la contratación porque es de tal género, sino alienta a las mujeres a asumir roles de mando, más aún, en las gerencias de finanzas, logística o en tecnologías de la información, sectores donde hay una brecha más marcada.

Los líderes que buscan hacer sostenibles sus empresas deben integrar en su cultura, a través de valores, principios, reglas de operación y comportamientos, elementos que den el ejemplo para asegurar un adecuado ambiente de trabajo y crecimiento para todos.

Por lo tanto, Gamero manifiesta que el compromiso de iniciativas de equidad de género debe iniciar desde la cúpula, sino no se podrá aplicar en las demás áreas. “Para que en los espacios directivos haya más participación femenina, es necesario reflexionar con suma urgencia sobre las implicancias de no tomar acción y cuestionarnos: ¿qué nos estamos perdiendo como organización al no contar con mujeres en puestos de alta dirección? o ¿cuál es la cultura de negocios que queremos para las futuras generaciones?” puntualizó el experto.