Hace más de cinco años que el Terminal Pesquero Metropolitano (TPM) tiene un programa llamado “Cero Residuos” con el que de la mano de Muxidotecnia y Chilemink revaloriza sus desechos. Con este busca hacer más sustentable su trabajo y, de paso, colabora con la economía circular.
Las sociedades y los consumidores están cada vez más preocupados por la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de los sistemas de producción. Ocurre con los combustibles, los materiales de construcción, la vestimenta e incluso llega a la alimentación de productos saludables. Hoy transformar lo que aparentemente es basura en una materia prima es tendencia de las estrategias comerciales.
Es en este contexto, es que organizaciones como el Terminal Pesquero Metropolitano (TPM) han implementado un programa especial donde utiliza todos esos tejidos duros que antes se desechaban, para transformarlos en harina de pescado y energía limpia. Generando una cadena “cero residuos”.
Así lo explica David Valenzuela, gerente general del Terminal Pesquero Metropolitano: “Hace cinco años que esta administración está en la búsqueda de disminuir el impacto ambiental que producían sus desechos orgánicos, optó por la alternativa de entregarlos a Chilemink, empresa elaboradora de ingredientes para consumo animal que convierte estos los residuos que le entrega a diario el TPM en harina de pescado para alimentar gallinas, cerdos y vacas.
Asimismo, comenta que “hace cuatro años comenzamos a trabajar con Muxidotecnia, empresa de biotecnología que revaloriza desechos contaminantes transformándolos en energía limpia. la cual se dedica a la creación de la crianza de moscas polinizadoras en donde el Terminal Pesquero le entrega la proteína para su desarrollo. De esta forma, ellos revalorizan los desechos contaminantes mediante un proceso sustentable y basado en los principios de la economía circular”.
Para Alejandro Zapata, director de Muxidotecnia, el trabajo con el TPM ha sido bastante satisfactorio, “nos apoyan con su misión y visión de no seguir contaminando. Ya llevamos varios años biodepurando el proceso y ha sido excelente”.
Ambas alianzas que mantiene el TPM han ayudado a disminuir el impacto medio ambiental, reduciendo sus desperdicios orgánicos en aproximadamente 230 toneladas mensuales.
PROCESO “CERO RESIDUOS”
El proceso para no botar desperdicios consistió en el desarrollo de una sala de almacenamiento de basura, en el cual se seleccionan o separan los tipos de desechos que generan los locatarios.
“Contamos con una cámara de frío donde se guardan estos productos para retrasar el proceso de descomposición y así evitar la contaminación tanto por olores y por riles. Posteriormente, tanto Chilemink como Muxidotecnia retiran los residuos para realizar el proceso pertinente en cada una de sus plantas”, explica el representante del Terminal Pesquero Metropolitano.
El año recién pasado Muxidotecnia reutiliza 291,5 toneladas entre restos de pescados y conchas. “Nosotros retiramos los restos y los llevamos a nuestra planta ubicada en Algarrobo, allá los colocamos en calles especiales donde los depuramos en el día, los horneamos, separamos y molemos lo que es concha y hueso y los transformamos en calcio”, explica Alejandro Zapata, director de Muxidotecnia.
“Por otra parte, todo lo que es material orgánico (carne y sangre de los pescados), lo depuran los insectos en el mismo día. Somos la única empresa en el mundo que realiza este proceso de biotecnología de insectos. La misión de esto es que esto no genere más contaminación”, agrega Zapata.
Asimismo, Chilemink el año 2022 retiró desde el TPM 2,668 toneladas de restos de pescados siendo reutilizados en harina de pescado. “Llevamos más de 5 añostrabajando con ellos evitando que sus desechos terminen en un vertedero”, explica Pedro Gili, dueño de Chilemink. Para lograrlo comenta que “una persona en el terminal se encarga de realizar un micro acopio de todos los residuos de pescados (cabezas, esquelones, colas de pescado y pescado decomisado), los junta en contenedores plásticos y durante la tarde va un camión a retirarlos y los trae a la planta para procesarlos convirtiéndolos en harina proteica y dos grasas animales”, indica Gili.
Añade que “al recibir los restos en la planta, lo primero que se hace es triturar la materia prima, luego se pasa a unos cocedores donde se trabaja a 133°C y con lo cual el producto se esteriliza. Luego tenemos unas prensas que separa la proteína de la grasa, la parte proteica va a un martillo que se convierte en una harina y las grasas van a una centrífuga vertical para que sea un producto puro”.
“Nuestros productos se utilizan para nutrición animal básicamente para la industria avícola de postura y peetfood y las grasas se utilizan en la nutrición animal o biocombustibles”, sostiene Gili.
Actualmente, el Terminal Pesquero Metropolitano es el único en Chile que realiza esta labor medioambiental, siendo pioneros en la transformación de desechos orgánicos en productos valorizados, creando una cadena sustentable y en línea con la economía circular.