Al cierre del primer trimestre del 2023, la Contraloría General de la República ha señalado que existen más de 1,700 obras públicas paralizadas en los tres niveles de gobierno, por un monto de inversión superior a los S/10,724 millones. Ello genera que las personas se queden sin accesos a bienes y servicios públicos de manera oportuna. Por ejemplo, en Piura se encuentra paralizada la ampliación y mejoramiento del sistema de agua y saneamiento en la ciudad de Ayabaca, que podría beneficiar a 8 mil habitantes.
César García, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) comenta los causales de estas paralizaciones. “En parte, se explica por los efectos de las protestas sociales y los eventos climatológicos , que afectaron las obras en algunas regiones específicas. Por ejemplo, en Piura se paralizaron obras de mejoramiento y ampliación de agua potable y sanitaria por las lluvias”.
Así, los departamentos que concentran el mayor número de inversiones paralizadas son: Cusco (297), Puno (220), Lima (111), Cajamarca (107) y Áncash (102). Por otro lado, los departamentos con menor cantidad de obras paralizadas son: Callao (6), Tumbes (10), Madre de Dios (14), Ucayali (17) e Ica (26).
Si se analiza según sectores, el sector Transportes y Comunicaciones concentra la mayor cantidad de obras públicas paralizadas con 472, monto que representa el 27% del total nacional. El sector Vivienda, Construcción y Saneamiento, existen 403 obras públicas paralizadas, el 21.3% del total. En tanto, los sectores de Educación y Salud tienen 154 y 76 obras paralizadas a nivel nacional, respectivamente.
¿Cómo nos afecta la paralización de obras?
Las paralizaciones de obras limitan el desarrollo económico y afectan la calidad de vida de los ciudadanos. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las paralizaciones en obras de infraestructura limitan la competitividad de los países al frenar la inversión y la generación de empleo. Asimismo, pueden retrasar o dificultar el acceso a servicios básicos como el agua, transporte y energía.
Pese a ser obras públicas, su paralización puede generar efectos negativos sobre la inversión privada, y con ello, limitar sus efectos multiplicadores. Por ejemplo, si se decide mover una inversión a raíz de la paralización de la construcción de una carretera, la zona donde se iba a realizar inicialmente la inversión perderá, por ejemplo, empleos directos e indirectos.
Finalmente, la calidad de vida de las personas, en especial de los más vulnerables, se ve perjudicada. “De hecho, existen investigaciones que indican afectación en la vida y salud. Por ejemplo, una investigadora de London School of Economics identificó que, por cada año adicional de demora en obras de alcantarillado paralizadas, la mortalidad infantil se incrementa en 14%, debido a la exposición a enfermedades transmitidas por agua, como el dengue”, comenta García.
Por ello, es importante que las autoridades puedan reanudar lo más pronto posible las obras paralizadas, para no afectar la inversión privada, el desarrollo económico y, más importante, la calidad de vida de las personas.