Solo 8 universidades peruanas aspiran a tener un impacto en el mundo

  • La aspiración más común de muchas universidades es ser de avanzada; sin embargo, a 48 de ellas se les negó el licenciamiento; es decir, que no cumplieron con las condiciones mínimas, según la investigación Aspiraciones y compromisos de las universidades peruanas.
  • Este estudio del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) demuestra que hay una brecha entre la misión y visión de las universidades con lo que sucede en la práctica.
  • Menos de un tercio de las universidades peruanas aspira a tener un alcance en América Latina.

Las universidades del Perú tienen un desfase entre la calidad a la que aspiran (o nivel de reputación que buscan posicionar) con la que realmente brindan, según revela la investigación Aspiraciones y compromisos de las universidades peruanas, que analizó la misión y visión de 139 universidades, publicado por el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP).

Los investigadores Ariel La Paz Lillo, Christian Libaque, Juan Carlos Armijos y Brian Yalle señalaron que las instituciones superiores peruanas casi no aparecen en los rankings mundiales y son muy pocas las que tienen presencia a nivel de América Latina, lo que evidencia lo rezagada que se encuentran respecto a las buenas prácticas y estándares internacionales. Al 2021, el Ranking Académico de las Universidades del Mundo (ARWU, por sus siglas en inglés) no menciona ninguna peruana en su lista de mejores universidades. La clasificación del Quacquarelli Symonds para América Latina solo cita a la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Peruana Cayetano Heredia, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad del Pacífico, entre las 100 primeras.

Las aspiraciones de las universidades peruanas

Este estudio del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) también analizó las propuestas y aspiraciones (misión y visión) de las universidades, y los resultados revelaron que la mayoría aspira a ser de “avanzada”, con un alcance nacional.

Al tener como aspiración más común el ser de “avanzada”, se esperaría que estas logren un desempeño superior a lo establecido por el gobierno. No obstante, a casi la tercera parte de universidades (48 de 143) se les negó el licenciamiento, por lo que no estarían cumpliendo las condiciones mínimas. En la actualidad solo 93 universidades se encuentran licenciadas (46 privadas y 47 públicas).

La mayoría de las 139 universidades peruanas indican explícitamente en su misión cuál es su aspiración, y que en este aspecto una minoría busca ser la primera (4), cerca de la mitad aspira a ser líder (61) y un número similar aspira a ser avanzada (54); cabe señalar que once universidades presentan aspiraciones básicas y solamente nueve instituciones no contienen en sus textos una aspiración clara. Tales aspiraciones se asocian principalmente a un alcance local, indicando que su población objetivo es el país (110), o un estado/ciudad (73) en particular. Además, no más de un tercio de las universidades peruanas aspira a tener un alcance en la región de América La­tina, y un número mucho menor aspira a tener impacto en el mundo (8).

En la investigación también se señala que desde la creación de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace) se han logrado avances en la educación superior como la calidad educativa y en la producción científica. A pesar de eso, la oferta de programas con estándares de cali­dad enfocados en ciencia y tecnología (C&T) y en investigación y desarrollo (I+D) es reducida. El país sigue lejos de otros en América Latina.

El estudio demuestra que hay una brecha entre la misión y visión y lo que realmente sucede en la práctica, por lo que las universidades peruanas en general, salvo algunas excepciones, deben realizar un esfuerzo institucional mayor para ajustar y cumplir con la misión y visión que representan.

La investigación ofrece un diagnóstico que puede ser útil para la orientación de las propias universidades para la formulación de sus estrategias y propósitos, así como de las instituciones supervisoras de la educación en el país.