Recursos Humanos: ¿Cómo hacer la migración a la nube?

Migrar la gestión de RRHH a la nube implica incorporar tecnología a la empresa que facilite el proceso de transformación digital del área. En la actualidad, los productos de vanguardia ofrecen servicios en la nube, es decir, cuentan con una plataforma de Recursos Humanos on line, parte de una enorme red mundial de servidores remotos que funcionan como un único ecosistema.

Los productos modernos de RRHH en la nube generalmente se entregan como SAAS (software como servicio). Ello implica una mayor productividad en la gestión del área ya que permite la reducción de tareas administrativas y se genera una mejor marca empleadora para los colaboradores.

“Es clave la aplicación y/o modernización de tecnología de la empresa para lograr una gestión de recursos humanos que agregue valor al core del negocio utilizando el máximo potencial y avance de las herramientas digitales”, dice Alfredo Terlizzi, CEO de Workia, empresa que desarrolla innovadores productos tecnológicos de clase mundial para el área de Recursos Humanos de empresas.

Terlizzi explica que existen tres desafíos al momento de migrar la gestión a la nube:

  • Producto: saber elegir bien el software, entendiendo su alcance, flexibilidad, nivel de soporte y respuesta en base a las distintas necesidades.
  • Tecnológicos: migración a nuevo sistema, integración a otros de la empresa.
  • Cultural: entender qué nivel de adaptación cultural tiene la empresa para el nuevo producto o para su incorporación por primera vez, generando un proceso de cambio que genere engagement y adopción en la empresa.

“La migración debe comenzar por una visión compartida de las máximas autoridades de la empresa. “Entender que no es un proceso de RRHH, o de sistemas, sino que es un proyecto macro de la compañía que generará beneficios al negocio y a cada uno de los colaboradores”, detalla el CEO de Workia.

Luego, será importante que el proveedor cloud ofrezca: una aplicación y no múltiples módulos integrados; flexibilidad y escalabilidad del producto; implementación ágil; innovación y mejoras continuas; y capacidad de integración.

“La obsolescencia tecnológica, en realidad no termina siendo tecnológica, sino cultural, con lo cual impacta en los resultados generales del negocio siendo la tecnología el driver para lograr más y mejores resultados”, concluye Terlizzi.

Cinthya Albán Espinoza