- También es necesario que Estado adopte políticas que impulsen el crecimiento de la industria de la madera.
La Asociación de Exportadores (ADEX) propuso al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) poner en marcha un banco de semillas forestales en Pucallpa (Ucayali) a fin de utilizarlas en la reforestación de las tierras amazónicas degradadas, informó el vicepresidente del Comité de Maderas e Industrias de la Madera del gremio, Enrique Toledo.
“Se necesitan semillas de alta calidad genética, para ello es importante identificar y seleccionar los rodales forestales (porción del bosque con árboles plus) de especies nativas de la biodiversidad amazónica, que tengan buen fuste, buen diámetro, sean rectos, fuertes, altos y con buena copa”, declaró.
Este trabajo debe complementarse con investigación genética, de esta manera se garantizará una buena restauración ecológica. Hay que indicar que en los últimos 60 años se perdieron alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques por tumba y quema, es decir, deforestación, principalmente por la agricultura migratoria, ganadería, cultivos ilegales de coca y minería ilegal.
Las tierras fueron abandonadas con el paso del tiempo pues no eran sostenibles debido a la pérdida de fertilidad, causando también un daño ecológico. Al ser degradadas, solo pueden ser recuperadas con las más modernas tecnologías, ya existentes en el Perú, e impulsando las plantaciones forestales con fines maderables e industriales.
US$ 1,500 millones
El representante de ADEX añadió que la reforestación de 1 millón de hectáreas (terrenos deforestados y degradados por la agricultura migratoria) impulsará la exportación de madera, productos derivados y otros no maderables por alrededor de US$ 1,500 millones y la generación de 400 mil empleos directos, indirectos e inducidos en la silvicultura, cosecha forestal, industria maderera y servicios varios.
Ese monto podría alcanzarse 20 años después del proceso de reforestación; sin embargo, desde el año 8, y luego cada 4 años, se darán las cosechas y los flujos de venta, generando todos los beneficios de esa actividad como la creación de puestos de trabajo en la Selva, descentralización económica, lucha contra la pobreza rural y deforestación.
Para lograrlo –continuó Toledo–, es necesario que el país establezca políticas de Estado que impulsen la industria forestal, mejorar la conectividad, el saneamiento territorial, lograr una competitividad logística, promover incentivos tributarios y otros. Solo de esa manera se pondrán en valor las plantaciones forestales.
“Hasta el momento y gracias a la labor de los empresarios, se reforestaron 40 mil hectáreas de la selva peruana con plantaciones forestales, pero otros países avanzaron más. Según data de la Corporación Nacional Forestal de Chile (Conaf), a julio del 2021 ese país reforestó 3 millones 110 mil hectáreas”, manifestó.
Toledo dijo que, si el objetivo es generar riqueza en el mapa de la pobreza rural de la selva, el Estado debe realizar un saneamiento de estos terrenos, además de poner en marcha un programa de titulación de tierras de las áreas deforestadas
“Es relevante realizar plantaciones forestales con fines de restauración ecosistémica, ello se alinea con la tendencia mundial de mitigar los efectos negativos del cambio climático plantando millones de árboles con el propósito, entre otros, de vender bonos de carbono”, concluyó.