Por: Carlos Travezaño, CEO de Siemens Perú
El uso de Internet nos da la oportunidad de tener todo a un clic de distancia; desde pedir comida, hacer un envío o dar un “like”, nos encontramos constantemente generando y recibiendo contenido. Cantidades infinitas de información son cargadas y descargadas continuamente en la nube y dependen de potentes servidores ubicados en diferentes partes del mundo, que se caracterizan por un alto consumo de energía, contribuyendo así a altas emisiones de CO2 del planeta. Esta tendencia, de estar conectados en todo momento de la mano de nuestros múltiples gadgets, es la que hace crecer la invisible contaminación digital.
Según el reporte del 2019 de la Agencia Internacional de Energía, hoy los Data Centers consumen alrededor del 2% de la electricidad mundial. El tráfico global de Internet se ha triplicado desde el 2015 y se espera que se duplique hacia el 2022, se estima que el número de usuarios de Internet Móvil aumente de 3,600 millones en 2018 a 5,000 millones para el 2025. Todo ello, lleva a que se estime que para el 2030, los Data Centers consuman
aproximadamente el 8% de toda la energía generada en el mundo.
Si Internet fuera un país, sería el tercer mayor consumidor de energía por detrás de China y Estados Unidos y a medida que el mundo y las empresas continúan con sus procesos de transformación digital, los Data Centers y las redes de transmisión de datos se convierten en una fuente importante de demanda de energía no solo para la carga de los sistemas informáticos, sino también para su infraestructura.
Los Data Centers son el corazón de compañías de servicios de computación en la nube como Amazon Web Services, Google Cloud, Microsoft Azure, etc. En la actualidad, estas empresas son cada vez más conscientes del impacto que sus actividades dejan en el medioambiente y están tomando acción directa sobre el tema. La solución a esta problemática se encuentra en una carrera hacia lograr la mayor eficiencia energética y en el abastecimiento de energía 100% renovable. Tenemos dos frentes para contribuir a reducir la contaminación digital, desde el mundo empresarial: debemos premiar y exigir el mayor uso de “Data Centers Verdes” en los diferentes servicios que contratamos; y a nivel de usuarios, debemos procurar ser más responsables en la utilización de los servicios de Internet. La pregunta es si realmente somos conscientes de ello.