Por Luis Barba, Gerente General de WES Perú.
El problema de la escasez del agua no es un mito, es un hecho real que no debemos subestimar y para encontrar una solución a esta problemática, hay que entenderlo desde un punto de vista técnico y responder a la pregunta: ¿Qué factores están influyendo en el agotamiento de este recurso?
Es fundamental comprender que la carencia de agua no se limita únicamente al cambio climático como su causa principal. También debemos tener en cuenta otros factores cruciales como: la sobrepoblación, la contaminación del agua, las fugas y las actividades industriales.
Respecto al último factor mencionado es importante reconocer que, de acuerdo con la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el sector privado es quien utiliza el 90% del recurso, ya sea para los procesos agrícolas, industriales o mineros. Asimismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su estudio Economía Circular en la Minería Peruana realizado en el 2022, expone la importancia de realizar una gestión ambiental en estas actividades productivas indispensables para la economía del país.
Es fundamental crear conciencia y emprender acciones técnicas a nivel corporativo para abordar la problemática de la escasez del agua. Un ejemplo concreto es fomentar la ejecución de estudios medioambientales por parte de las empresas, dado que los recursos hídricos son vitales para el desarrollo de todas las actividades económicas. Al promover estos estudios, se puede obtener una comprensión más precisa de la situación hídrica y adoptar medidas adecuadas para su conservación y uso eficiente.
Solo así podremos predecir o simular qué eventos relacionados con el agua podrían repercutir en cada situación, para tomar decisiones mucho más seguras al momento de planear, diseñar y ejecutar un proyecto indistintamente del sector al que se está atendiendo.
Desde una perspectiva empresarial, la escasez del agua puede abordarse de manera efectiva mediante la promoción de una cultura de prevención a través de la implementación de estudios y medidas concretas. Al fomentar este enfoque proactivo, podemos contribuir a mitigar el problema y garantizar un suministro sostenible de agua a largo plazo para las generaciones futuras.