Menos del 50% de las organizaciones cumplirán sus objetivos de descarbonización en 2030

  • El estudio de Siemens, realizado entre 1.400 ejecutivos de todo el mundo, revela las perspectivas regionales, urbanas e industriales sobre la transición de las infraestructuras en los sistemas energéticos, la movilidad y los edificios.
  • La descarbonización es una prioridad absoluta en la transición de las infraestructuras, pero los avances son demasiado lentos.
  • Más del 50% de los ejecutivos cree que la descarbonización es una ventaja competitiva, pero menos de la mitad considera que su país cuenta con una estrategia de descarbonización eficaz.
  • La tecnología y la digitalización se presentan como las palancas clave del éxito de la transición de las infraestructuras.

Siemens, compañía global líder en tecnología, ha publicado un estudio sobre la naturaleza dividida en la transición de las infraestructuras titulado «Siemens Infrastructure Transition Monitor 2023: The Great Divide on The Path to Net Zero». Los datos del informe revelan que existe una alineación limitada sobre las prioridades y la mejor manera de avanzar hacia un mundo descarbonizado y eficiente en el uso de los recursos. Mientras que más de la mitad de los encuestados cree que la transición de las infraestructuras se está acelerando en su región, una cuarta parte de los participantes – altos ejecutivos de siete grandes grupos industriales – afirma que el progreso es «demasiado lento», mientras que el 29% cree que el progreso es «coordinado», y el 31% lo califica de «bien encaminado».

El estudio se propuso medir el estado actual de la transición de las infraestructuras, incluida la evolución de los sistemas, servicios, edificios y estructuras necesarios para que las industrias, las ciudades y los países funcionen eficazmente. Los datos se recogieron mediante una encuesta mundial a 1.400 altos ejecutivos de 22 países, así como una serie de entrevistas en profundidad con dirigentes y expertos.

Los principios rectores de la investigación esbozados en el informe incluyen la necesidad de que la transición de las infraestructuras tenga un impacto positivo más allá de la descarbonización. En segundo lugar, es obligatoria una integración más inteligente de las infraestructuras para influir en el cambio. Por último, hay que actuar urgentemente y a toda velocidad para evitar consecuencias mundiales desastrosas.

En palabras de Matthias Rebellius, director general de Siemens Smart Infrastructure, «la transición de las infraestructuras se está acelerando, ejerciendo presión sobre los sistemas de todo el mundo, desde la energía a la movilidad, pasando por los edificios. Y es que, la evolución de las infraestructuras mundiales es de suma importancia para avanzar hacia la descarbonización, la eficiencia de los recursos y el bienestar social. Por eso, la tecnología y la digitalización son fundamentales para lograr esta transición de forma inteligente y sostenible. En Siemens Smart Infrastructure ya hemos dado los primeros pasos, creando productos, sistemas, soluciones y servicios innovadores para apoyar los retos presentes y futuros de la urbanización y el cambio climático.»

El cambio no se está produciendo lo suficientemente rápido

A pesar de la aceleración de la transición de las infraestructuras, es necesario un progreso más rápido a nivel regional (de cada país) para apoyar un mundo con bajas emisiones de carbono. La energía es una prioridad clave, ya que casi tres cuartas partes de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero proceden de la producción, el uso y el transporte de energía.

Según el informe, menos del 10% cree que su región (o país) está «avanzado, plenamente integrado y a gran escala» en los principales objetivos energéticos de la transición. Según McKinsey, para descarbonizar el sistema energético mundial harían falta unos 275 billones de dólares para introducir cambios profundos en la generación, distribución y consumo de energía eléctrica. Se considera que las autoridades reguladoras tienen la mayor responsabilidad en este sentido (según el 31% de los encuestados), seguidas de cerca por los propietarios últimos de los activos, los inversores/accionistas (25%). Las empresas (17%), los políticos (13%) y los ciudadanos (13%) tienen alguna responsabilidad, pero bastante menor.

La descarbonización es una ventaja competitiva para las ciudades

En la lucha contra el cambio climático, las ciudades tienen un importante papel que desempeñar. En el estudio, la mitad de los encuestados (51%) cree que ir por delante en la descarbonización es una ventaja competitiva para una ciudad. La descarbonización de la movilidad, incluidas las redes de transporte público y los vehículos comerciales y privados, es una prioridad para reducir las emisiones. El 45% de los encuestados considera que sus ciudades han hecho progresos para fomentar el uso del transporte público. Sin embargo, según el informe, el 44% también cree que la privatización del transporte público aceleraría la descarbonización. En cuanto a las políticas de movilidad viables, el 46% de los ejecutivos cree que deberían utilizarse subvenciones o impuestos para que los coches eléctricos fueran más baratos que los vehículos de motor de combustión. En la actualidad, la falta de infraestructuras de recarga es el mayor obstáculo para la adopción generalizada de los vehículos eléctricos.

Sólo el 40% espera alcanzar sus objetivos de descarbonización este año

Las empresas se ven presionadas para descarbonizar sus modelos de negocio, activos e infraestructuras. Según el informe, casi la mitad tienen objetivos para las emisiones de Alcance 1 y 2 (47%). Sólo el 40% cree probable cumplir sus objetivos para el año que viene y sólo el 44% espera cumplir sus objetivos para 2030. El informe indica que podría existir una correlación entre la confianza en las perspectivas de crecimiento de la organización y la confianza en los objetivos de descarbonización.

Otra área clave de consideración para las empresas son sus edificios. Sólo el 37% de los encuestados calificó a su organización de madura o avanzada en la mejora de la eficiencia energética de instalaciones y edificios, y sólo el 30% dijo lo mismo de la electrificación y/o descarbonización de la calefacción y la refrigeración. No obstante, existe la esperanza de que las empresas puedan aprovechar soluciones innovadoras para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de sus edificios sin necesidad de nuevas construcciones de gran envergadura, pero los avances deben ser más rápidos.

Tecnología y digitalización para acelerar la transición

El informe indica que la tecnología y la digitalización son palancas clave para el éxito de la transición de las infraestructuras. Se espera que tengan el mayor impacto en la descarbonización, la eficiencia de los recursos y el bienestar en los próximos tres años. Las tecnologías clave que podrían tener el mayor impacto positivo incluyen las predicciones y la automatización impulsadas por la IA, la realidad virtual y aumentada, y las redes móviles 5G. Según casi la mitad de los encuestados, la digitalización tiene un potencial significativo o masivo para apoyar el progreso en eficiencia energética (48%), productividad (46%) y descarbonización (45%) dentro de sus organizaciones.

Matthias Rebellius, CEO de Siemens Smart Infrastructure, concluyó que «en general, el informe confirma que, si bien no siempre hay una fuerte alineación entre los ciudadanos, las empresas y el gobierno sobre los principales requisitos y objetivos de la transición de la infraestructura, es fundamental actuar ahora para mitigar los efectos del cambio climático. La colaboración y la digitalización en los ámbitos de la energía, la movilidad y los edificios serán fundamentales para allanar el camino hacia un mundo descarbonizado.»