Por Néstor Strübe, gerente general de ITQ latam
Hace 20 años que octubre es el mes de la ciberseguridad y el llamado, más que nunca hoy es a informarse y seguir avanzando. La ciberseguridad no puede ser vista como una temática para grandes expertos ni eminencias de la industria tecnológica, sino como un proceso real, que llegó para quedarse y que debemos conocer para mejorar nuestra calidad de vida.
Es cierto que hoy se habla de términos técnicos como malwares, phishing, seguridad perimetral, seguridad en la nube, ransomware, EDR, XDR y la lista de conceptos técnicos podríamos continuarla por varios párrafos más. Sin embargo, lo primero que debemos lograr como sociedad en el proceso de la ciberseguridad es la concientización de cada uno de nosotros.
Así, es vital informarse por los diversos medios acerca de lo que está ocurriendo en el ciberespacio, de las técnicas que están usando los ciberdelincuentes, de los impactos negativos generados a las víctimas. Debemos estar atentos a los consejos que nuestro ecosistema nos da como advertencia, como jamás compartir con nadie las credenciales que usamos en el ciberespacio y reconocer sin medias tintas que el ser víctimas de un ciberdelito no es comparativamente menor que entregar a delincuentes las llaves de la casa, del auto o incluso de la caja fuerte donde podríamos tener objetos de valor. Es lo mismo y de eso tenemos que hacernos cargo. El ciberespacio es el mundo real de hoy y debemos tener mucho cuidado para no caer, por ejemplo, en las trampas de suplantación de identidad que realizan los criminales cibernéticos.
A pesar de los grandes desafíos actuales que tenemos en esta materia, las empresas, organizaciones e incluso los gobiernos de muchos países, en el mundo y Latinoamérica, están tomando mayor conciencia y destinando cada vez más recursos y capacidades para combatir el cibercrimen. Por lo mismo, el llamado es a no decaer en dichos esfuerzos, mantener siempre el sentido de precaución en el ciberespacio y, así como los ciberdelincuentes evolucionan, dejar claro que ¡también lo estamos haciendo nosotros!