- Colegas (49%) y jefes (31%) son los principales agresores.
- El 65% de los testigos escucharon comentarios o bromas sexuales
- Para combatir el acoso sexual laboral hay que enfrentar imaginarios sociales arraigados profundamente desde hace décadas.
Las manifestaciones más recurrentes son las más sutiles,y también las que más ven los testigos.Hay una clara relación entre las situaciones que más se viven y las que más se toleran.
Las conclusiones del estudio son claras: para combatir el acoso, es crucial cambiar los imaginarios sociales que normalizan estas situaciones, también ante los testigos o terceros, influenciados por la normalización y los sesgos. Aunque hay avances en la comprensión del acoso, todavía prevalece la idea errónea de que requiere un rechazo explícito de la víctima o una intención clara de quien acosa.
Sobre las personas que reciben y resuelven casos de hostigamiento sexual laboral.
Gran porcentaje del equipo de Recursos Humanos, Comité de Intervención o Líderes presentan sesgos al normalizar los casos de acoso y, por otro lado, para las víctimas la denuncia sigue siendo la última opción, con un ligero y alentador avance: en el 2021 el porcentaje de denuncia fue 10%, en el 2022, 11% y este año alcanzó un 12%.
Además, ha aumentado la información y el conocimiento que tienen las personas respecto a qué situaciones son acoso, y en dónde denunciar.
Disminuyen barreras vinculadas a la información y confianza en la empresa
Sin embargo, persiste un alto miedo al entorno y a ser juzgados/as por denunciar, lo que se posiciona como una fuerte barrera para activar los canales de denuncia.
En ELSA, fomentamos una cultura de prevención del acoso sexual en el trabajo. Un 85% de las organizaciones en ELSA implementan un completo sistema de prevención (políticas, canales de denuncia, procedimientos de investigación y capacitaciones). Aún así, es un desafío incrementar el conocimiento de estas herramientas. La clave es una comunicación efectiva y accesible, especialmente durante la inducción de nuevos empleados.
Capacitaciones específicas para diversos grupos son vitales para cambiar comportamientos. Es esencial empoderar a líderes y testigos, quienes pueden intervenir decisivamente. Además, el 37% de las organizaciones informaron haber capacitado a sus contratistas, un aspecto crucial dado que el acoso también puede ocurrir en interacciones con personal de otras empresas.