Los expertos en salud evalúan los efectos no deseados de COVID-19
La continua amenaza del coronavirus nos ha obligado a todos a pensar nuevamente la forma en que tratamos la salud personal, la higiene y hasta los lugares que frecuentamos en nuestras vidas. Pero otra amenaza acecha en medio de toda la crisis sanitaria: lo que se conoce como “la curva invisible”.
América Latina se ha convertido en el epicentro mundial del virus, con más de 1,5 millones de casos de COVID-19 en toda la región, incluido el Caribe, según la PAHO (Pan American Health Organization/Organización panamericana de la salud (OPS).
Si bien el número de nuevos casos positivos de covid-19 en Perú crece cada día, los especialistas indican que los reportes de las últimas semanas reafirman una tendencia al descenso. De acuerdo a las declaraciones del Ministerio de Salud (Minsa), el virus no se mide por número de casos, sino por la capacidad de contagio de una persona infectada.
Actualmente, los países no solo están luchando por frenar los contagios del virus, sino por atender a pacientes que padecen de otras enfermedades y requieren una evaluación presencial. En este sentido, CNN en Español informó que muchas personas en Latinoamérica postergan la búsqueda de atención médica por temor a contraer el covid-19 al visitar un hospital. Asimismo, se está enfrentando una lucha conta la “infodemia”, definida como “una sobreabundancia de información —algunas acertadas y otras no— que dificulta a las personas encontrar fuentes fidedignas y orientación adecuada cuando la necesiten”, según lo define la Organización Mundial de la Salud.
Las principales instituciones de salud en Estados Unidos también han señalado esta tendencia preocupante y han comenzado a instar a los pacientes con afecciones de salud graves a que continúen su tratamiento.
En un artículo de opinión conjunto publicado en el New York Times, los presidentes y CEO de Cleveland Clinic y Mayo Clinic, Tom Mihaljevic (CC) y Gianrico Farrugia (MC), enfatizaron el impacto de esta curva invisible y cómo podría cobrar vidas a un ritmo similar al del coronavirus, que según se dice ha cobrado más de 100.000 vidas en EE.UU.
Sumado a ello la pérdida de empleos y el seguro de salud que proporcionaron, junto con las órdenes del gobierno de quedarse en casa, han exacerbado la gravedad de la situación. El artículo también señala las “disminuciones considerables de nuevos diagnósticos de cáncer (45%) e informes de ataques cardíacos (38%) y derrames cerebrales (30%)”. También afirman que las muertes fuera del hospital y no relacionadas con Covid-19 han aumentado, mientras que la mortalidad en los hospitales ha disminuido.
Esta crisis ha alterado la práctica fundamental de la medicina en cuestión de meses. Hoy en día en Perú, muchos médicos están atendiendo a sus pacientes mediante programas virtuales con la finalidad ayudarlos con el tratamiento de alguna afección o algún dolor que padezcan; sin embargo, hay un grupo de riesgos que necesitan ser atendido de forma presencial. En Cleveland Clinic, por ejemplo, el 94 por ciento de los pacientes con diabetes fueron atendidos de forma virtual en abril. Aunque el cambio a “virtual” también ha jugado un papel importante en la navegación de la pandemia, ya que existen limitaciones en el caso de la telemedicina.
“La atención en persona a los pacientes con enfermedades graves o que requieren intervenciones tempranas para afecciones potencialmente mortales no tiene sustituto”, enfatizan Mihaljevic y Farrugia en el artículo de opinión. “Son ellos los que, incluso en medio de esta pandemia, deben buscar la atención que necesitan”.