La ciudad de Lima se enfrenta a una serie de retos que plantean interrogantes sobre su crecimiento desordenado y la falta de un horizonte definido para abordar las problemáticas ambientales y de calidad de vida que afectan a sus habitantes.
De acuerdo con la más reciente encuesta realizada por Lima Cómo Vamos, la contaminación del aire generada por los vehículos es identificada por el 58,1% de los limeños y chalacos como el principal problema ambiental que impacta sus vidas. Le siguen la contaminación industrial y el ruido, con un 42% y 30% respectivamente. Sin embargo, resulta preocupante que solo un 14,3% de los encuestados mencionó la importancia del cuidado de las zonas naturales y el equilibrio ecosistémico.
En el último Reporte Urbano de Percepción Ciudadana en Lima y Callao 2023, también de Lima Cómo Vamos, se destaca un cambio en las prioridades de la población. Aunque la inseguridad ciudadana sigue siendo el problema principal, la limpieza pública ha ascendido al segundo lugar, compartiendo posición con la corrupción de funcionarios y la contaminación ambiental. Este cambio indica un aumento en la preocupación por cuestiones medioambientales, mientras que la calidad del transporte público ha perdido relevancia.
Es interesante observar cómo las prioridades varían según el nivel socioeconómico de los encuestados. En el nivel A, la corrupción de funcionarios es mencionada casi el doble de veces que en otros estratos socioeconómicos, mientras que la limpieza pública ocupa un lugar menos destacado. En cambio, en los niveles C, D y E, la limpieza pública es mencionada por alrededor del 37%, indicando una mayor conciencia sobre la importancia de mantener espacios limpios en estos segmentos.
El transporte público, por su parte, es más relevante en el nivel B, con un 33,9%, mientras que el nivel E muestra una preocupación significativa por la falta de agua potable y la baja calidad de los espacios públicos.
En una entrevista exclusiva con Alfredo Lozada, director de PROCIUDADES en la EPG Continental, se revelan las claves para entender el caótico crecimiento de las ciudades peruanas en las últimas dos décadas.
Alfredo Lozada enfatiza que, lamentablemente, el 95% del crecimiento de las ciudades ha sido informal, impulsado en gran medida por el tráfico terrestre y la necesidad de la población de adquirir terrenos a través de traficantes de tierras. Este fenómeno ha dado lugar a asentamientos sin servicios básicos, generando ciudades caóticas y desordenadas.
El director de PROCIUDADES expone un problema fundamental: la falta de componente urbano en estos asentamientos informales. Describe un proceso donde el Estado, después de 15 o 20 años, interviene proporcionando servicios básicos y otorgando la propiedad, pero ya en un contexto de caos establecido.
Lozada señala que el problema del tráfico vehicular es solo la punta del iceberg, siendo el resultado de un transporte público caótico y la expansión horizontal descontrolada de las ciudades. Destaca que la solución implica un crecimiento vertical y una mayor densificación urbana, especialmente en ciudades como Lima, que han crecido de manera expansiva.
Los datos presentados líneas arriba reflejan la complejidad de las prioridades de la población limeña y subrayan la necesidad de abordar los retos ambientales y de calidad de vida desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta las diversas realidades socioeconómicas presentes en la ciudad. Con la urgencia de actuar en medio de un crecimiento sin planificación, Lima se enfrenta a la tarea crucial de construir un horizonte definido que incluya medidas efectivas y sostenibles para garantizar el bienestar de sus habitantes y la preservación del entorno natural que la rodea.