- Los principales riesgos para el Perú, en un horizonte de tiempo de 2 años, son la recesión económica, eventos climáticos extremos, fragilidad del Estado, erosión de la cohesión social y la actividad económica ilícita, en el orden respectivo.
El World Economic Forum, con el apoyo de Marsh McLennan y Zurich Insurance Group, elaboró por decimonovena año consecutivo el Informe de Riesgos Globales, en su edición 2024. Para los riesgos globales, el reporte recaba las opiniones de aproximadamente 1,500 expertos en riesgos globales, políticos y líderes de industria, quienes concluyeron que entre los principales riesgos globales a corto plazo (2 años) se encuentran la desinformación, fenómenos climáticos extremos, polarización de la sociedad, inseguridad cibernética y conflicto armado interestatal.
Por otro lado, el reporte también recaba la opinión de más de 11,000 ejecutivos, quienes priorizaron los 5 principales riesgos para los países para los próximos 2 años. En el caso peruano, los 5 principales riesgos se ven diferentes a los que se presentaban hace un año. Para el 2023, los 5 principales eran: colapso de estado, desigualdad digital, inflación sostenida, proliferación de la actividad económica ilícita y la crisis de empleos y medios de subsistencia. En cambio, para este año, los 5 riesgos más importantes son: la recesión económica, eventos climáticos extremos, fragilidad del Estado, erosión de la cohesión social y la actividad económica ilícita.
El riesgo más preocupante para el país es una recesión económica. Según el estudio, el temor a una recesión está muy extendido entre los encuestados del sector privado, figurando entre los cinco principales riesgos en 102 países (90%) encuestados, lo que supone un aumento significativo desde 2022. Aun así, el Instituto Peruano de Economía (IPE) proyecta un crecimiento de la economía de 1.9% para el 2024, impulsado por una mejora del gasto privado.
El segundo riesgo más importante, según el WEF, son los “fenómenos climáticos extremos, que sedescribe como la pérdida de vidas humanas, daños a los ecosistemas, destrucción de bienes y/o pérdidas financieras debidas a fenómenos meteorológicos extremos. Incluye fenómenos terrestres, acuáticos y atmosféricos relacionados con la temperatura, incluidos los agravados por el cambio climático. Adicionalmente, este riesgo está posicionando también como el segundo más importante a nivel global en un rango de 2 años, y el primero en un rango de 10.
En ese sentido, Orlando Rivera, Líder de Marsh Advisory señala que “Si bien las condiciones de cara al Fenómeno de El Niño han mejorado, no podemos bajar la guardia. Desde el lado privado, las organizaciones deben estar preparadas para poder mitigar los impactos que un evento climático adverso pueda causar. Desde Marsh Advisory, venimos destacando formas en que los sectores pueden prevenir riesgos de este tipo y así salvaguardar sus patrimonios.»
La “fragilidad del Estado” se posiciona como el tercer riesgo más importante para el Perú. La coyuntura nacional refleja incertidumbre política y crea un panorama no favorable para las relaciones internas en diversos sectores. Según el WEF, una consecuencia de este riesgo pueden llegar a ser los conflictos armados interestatales, los cuales son una nueva clasificación de los principales riesgos en un horizonte de dos años.
En la cuarta posición se encuentra la “erosión de la cohesión social”. Según el WEF, este riesgo está dejando un amplio margen para que nuevos y evolutivos riesgos se propaguen a su vez.
Adicionalmente, en la quinta posición se encuentra la “actividad económica ilícita”. Este es el único riesgo que se ha mantenido en los principales desde el año pasado para el contexto nacional. La economía ilegal mueve al menos US $6,657 millones al año en el Perú, según cifras de la organización Capital Humano y Social (CHS). Entre estas actividades, la minería ilegal del oro es la que mayor genera unos US$ 1,777 millones al año en el país, seguido de la trata de personas (US$ 1,300 millones), el tráfico ilícito de drogas (US$ 1,134 millones).
Finalmente, tomando en cuenta lo presentado en el informe del WEF, se concluye que las organizaciones deben reforzar sus capacidades para alcanzar los objetivos estratégicos planteados, a pesar de las crisis. Siempre existen amenazas y situaciones complejas, la clave está en la resiliencia de la compañía y una adecuada gestión de riesgos.