Alberto Haito, director de Arellano Consultoría, expone la importancia de las 3R’s para un mundo sostenible: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Estas prácticas no solo benefician al medio ambiente, sino que también fomentan un estilo de vida más consciente y responsable con nuestros recursos.
Actualmente el modelo imperante de negocios es el lineal, el cual implica producir, consumir y desechar y, mientras más frecuentemente se haga esto, debería haber mejores resultados para las empresas. Ciertamente este modelo, con sus pros y sus contras, ha traído prosperidad a la humanidad, sin embargo, ya desde hace algún tiempo ha devenido en insostenible por el deterioro que causa al medio ambiente afectando cada vez más nuestra calidad de vida. Las consecuencias son irrefutables: el calentamiento global, con sus estragos en términos de inundaciones y sequías, los mares llenos de desechos plásticos, lo que afecta nuestro ecosistema y, por cierto, el aire contaminado que respiramos en muchas ciudades, entre otros males. Todo esto en medio de una población que crece y demanda más productos y servicios lo que hace pensar que si no cambiamos el modelo y pronto, después será muy tarde.
En contraposición, cada vez prospera más el modelo circular, el cual implica reducir, reutilizar y reciclar, que busca minimizar el daño al medio ambiente, además de otros beneficios a la población. Si hablamos de reducir, nos referimos al consumo de materiales a partir de productos mejor diseñados y procesos productivos más eficientes. Si hablamos de reutilizar, nos referimos a dar mayor vida útil a materiales, productos intermedios o productos finales. Y si hablamos de reciclar, nos referimos a dar uso adicional a aquello que en el modelo lineal debería ser desechado.
La economía circular está en marcha y creciendo. Cada vez es mayor la población, en especial la más joven, con una sana preocupación por la salud del mundo en que vivimos y con un claro entendimiento de que estamos en una dirección de colisión si seguimos apostando por la economía lineal.
La realidad nos muestra que cada vez hay más empresas que están apostando por la economía circular, muchas veces a costa de un sacrificio inicial en su rentabilidad. Y, por cierto, la evidencia también nos muestra que estas empresas, al gozar de la preferencia de diversos stakeholders, sean consumidores, proveedores o clientes intermedios, tienen mejores resultados que aquellas que continúan inmersas en una economía lineal.