Hoy en día, las pequeñas y medianas empresas (pymes) constituyen una de las principales fuerzas laborales en el Perú, y es que, de acuerdo con Rodolfo Ojeda, presidente del Gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), al 2022, en el Perú habían aproximadamente 3.1 millones de pequeñas y microempresas[1]. Asimismo, según el Ministerio de la Producción (Produce) hasta el 2021, más de 2.1 millones de mipymes formales operaban en el mercado peruano, representando el 99.5 % del total de empresas formales.[2] Esto refleja que las pymes son la columna vertebral de la economía peruana, y para ellas, la adopción de la tecnología se ha convertido en una prioridad para mantenerse competitivas.
Sin embargo, especialmente luego de la pandemia, se observa que las PYMES enfrentan una serie de desafíos en lo que respecta a la seguridad, a lo que se suman, entre otras amenazas, los ciberataques que acechan a miles de negocios en el día a día. “Muchas organizaciones carecen de los recursos y la experiencia necesaria para implementar medidas sólidas de seguridad física y electrónica, lo que las convierte en blancos más accesibles para los delincuentes y ciberdelincuentes”, señala Gian Franco Maza, director general de Prosegur Security en Perú. Ante este panorama, el especialista comparte tres motivos por lo que las PYMES deben reconocer la importancia de la seguridad y comenzar a implementar medidas proactivas para proteger tanto sus negocios como sus datos:
- Impacto de los ciberataques. Un estudio realizado por la USIL[3] arrojó como resultado que el Perú fue uno de los países con más ciberataques en América Latina durante el 2022, ocupando el cuarto lugar después de Brasil, Colombia y México. Esto principalmente debido a la falta de profesionales en el ámbito de las tecnologías, a lo que se suma que muchos negocios aún no han implementado un sistema de protección de datos robusto. “Las pymes deberían contar con una óptima protección de sus datos e información, interna y externa, además de proteger activos importantes y todo que pueda afectar la continuidad de sus operaciones”, indica Maza.
Ciberataques, como el ransomware o los ataques de denegación de servicio, pueden dejar a una empresa inoperativa durante días o incluso semanas, lo cual no solo conlleva costos directos, sino que también puede impactar negativamente las relaciones con clientes y/o proveedores, y traer consecuencias a largo plazo para la empresa, incluso llevando al cese total de operaciones o la necesidad de una gran inversión para reparar los daños causados. Es importante que dentro del mapeo de riesgos se materialice la posibilidad de estar expuestos a un ataque de seguridad, y se tomen acciones tangibles que puedan responder a este riesgo.
- Anticipación al riesgo. Muchas veces, las pequeñas y medianas empresas no cuentan con equipos de protección de seguridad, tales como cámaras de reconocimiento facial con Inteligencia Artificial, que pueden crear algoritmos de repetición según lo que ven en las pantallas, como sonidos o personas sospechosas. “Con un sistema de seguridad y vigilancia que esté activo 24/7, los negocios pasan a ser lugares totalmente protegidos, monitoreados desde un centro de operaciones soportado por personal altamente especializado y entrenado, con acceso a tecnología de punta y con acceso a análisis de datos en tiempo real”, menciona el directivo de Prosegur. Por ello, y ante los altos índices de asaltos o robos a mano armada, es sumamente importante tomar decisiones de seguridad.
- Vigilancia Móvil para negocios. La vigilancia móvil para negocios es un elemento fundamental para la seguridad de las empresas ya que permite realizar un monitoreo en tiempo real de instalaciones y activos desde cualquier ubicación. Esta vigilancia presencial se adapta a las necesidades de las empresas gracias a la planificación de rondas diurnas y nocturnas, donde personal especializado realiza verificaciones de las instalaciones. Gracias a esto se genera un alto efecto disuasorio que permite prevenir robos, vandalismos y otro tipo de incidentes, permitiendo detectar y atender de manera ágil a situaciones de riesgo y protegiendo a empleados y clientes.
Finalmente, es importante recalcar que pensar en procesos de seguridad es contribuir al fortalecimiento de las actividades de las empresas y por ende, la protección de la reputación y confianza de los clientes. La capacitación del personal en buenas prácticas de seguridad, la contratación de servicios de consultoría y la implementación de equipos de alto rendimiento en protección, serán los aliados perfectos para tener una buena seguridad en los negocios.