En un estudio realizado por la empresa Mercer Marsh Beneficios, se evaluó la posición de las organizaciones, respecto a la reducción de la jornada laboral a 4 días semanales, a fin de promover el balance entre la vida laboral y personal de los colaboradores. Este es un modelo innovador, que viene siendo implementado y/o está como “proyecto piloto”, en algunas compañías a nivel global y en Latinoamérica.
Del 19 % que sí consideraría cambiar su modelo e implementar esta reducción, un 24 % comenta que una de las principales razones es la promoción del balance entre la vida laboral y la personal y 19 % realizará el cambio para contar con colaboradores más productivos. Entre otras de las principales razones se encuentran: reforzar el engagement de los colaboradores (17 %), contar con colaboradores más felices y motivados (12 %), reforzar la marca empleadora (10 %), reforzar la estrategia de atracción y fidelización (7 %), generar eficiencias en costos para la organización (5 %) y disminuir el estrés en los colaboradores (5 %).
Por otro lado, dentro de las razones para no implementar este modelo de trabajo, un 42 % afirmó que se debe a la cultura de la compañía, mientras que un 32 % comentó que no saben cómo implementar este beneficio dentro de sus organizaciones. Adicionalmente, otras razones para mantener su jornada laboral actual serían: la falta de lineamientos legales (13 %), la posibilidad de que afecte la operatividad del negocio (12 %), y decisiones corporativas (3 %).
Es importante tener en cuenta que un 63 % de las organizaciones encuestadas detallan que es más factible la reducción de la jornada en horas que en días y que un 84% maneja una jornada actual de 5 días laborables a la semana.
Frente a todo lo expuesto, Lina Yupanqui, Consultor Senior de Beneficios de Mercer Marsh Beneficios afirma que, de cara a los resultados, nos llamó la atención la posición de consideración para implementar el modelo (19%), a pesar de que no es una prevalencia tan alta, se puede identificar en las compañías, ese enfoque hacia la flexibilidad, visión de adaptación a cambios disruptivos y también el interés de las organizaciones por promover el balance vida trabajo de sus colaboradores, y su bienestar, a fin de lograr impacto positivo en ellos.
Consideramos que en su momento se tendrá que evaluar los pro y contras del modelo, de implementarlo se tendría que realizar bajo un proceso paulatino, pero no llega a ser un esquema descabellado el poder implementarlo en un mediano plazo, recordemos lo que aconteció con el trabajo remoto/ home office, antes de la pandemia era muy baja la prevalencia y pocas eran las compañías que manejaban este modelo, a raíz de la pandemia las organizaciones se vieron retadas a lograr adaptarse a nuevos esquemas de trabajo, que inclusive, hasta llegaron a establecerse como políticas internas y frente a este contexto tan dinámico en el que nos encontramos, no sería un escenario tan alejado de la realidad.