A cinco meses de haber iniciado la modalidad de educación a distancia de emergencia como medida frente a la pandemia generada por el COVID-19 en Perú, hay enseñanzas y retos a tomar en cuenta para seguir mejorando este sistema. IPAE Asociación Empresarial desarrolló una edición de CADEx con el tema “Educación a distancia: Lecciones y Desafíos”. Como ponentes estuvieron Lucía Acurio, Directora del Grupo EDUTEC; Hugo Díaz, Director de Educación de Fundación Santillana; y Juan María Segura, experto en innovación y gestión educativa (Argentina). La conducción estuvo a cargo de Ghislaine Liendo, Gerente de Mercado de Khan Academy en Perú.
Al inicio se conoció que, según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Peruanos (mayo, 2020), el 55% de las familias encuestadas considera la principal ventaja de esta nueva forma de enseñanza que los padres se involucran más en la educación de sus hijos, seguido por un 34% que considera que los estudiantes se implican más en su propio aprendizaje; por otro lado, como principales dificultades, el 52% de los encuestados cree que son los problemas de conectividad y el 20% que ni el colegio ni los profesores están en condiciones de implementar bien las clases.
CADEx empezó con la participación de Juan María Segura, quien señaló que la pandemia se dio en medio de un sistema educativo en la región con deficiencias, especialmente en la utilización de herramientas tecnológicas. “Hubo tres actores buscando direcciones distintas: desde los maestros, los alumnos, buscando tener una normativa en esta nueva experiencia, así como los padres, tratando de adaptar su dinámica de familia. De todo esto podemos sacar como aprendizaje que no se ha logrado implementar una autonomía, porque el alumno está habituado a una rutina de control en la que necesita una autoridad en físico”. Siguió el especialista señalando que la educación a distancia se está centrando en que la tecnología sea un contacto con las personas y no un canal para personalizar aprendizajes.
A su turno, Hugo Díaz enfocó su análisis en el programa aplicado por el Gobierno Aprendo en Casa, destacando su rápida implementación. El experto puntualizó que los alumnos están recibiendo una jornada escolar muy inferior a la presencial y que por tanto se podría estimar que están aprendiendo un 20-30% de lo que deberían aprender. Especificó que hay cinco puntos a tener en cuenta: el primero, hacer esfuerzos para aumentar las horas de estudios, duplicar y/o triplicar la hora de trabajo de los estudiantes. Segundo, extender el año escolar un mes más reduciendo las vacaciones. Tercero, el contenido debe estar enfocado a ciudadanía y a las capacidades tecnológicas. Cuarto, multiplicar la producción de materiales educativos, y como última medida se debe mejorar la oportunidad de publicación de las sesiones de aprendizaje para permitir a los docentes tener más tiempo para la planificación. “En el actual contexto es importante que el Ministerio de Educación busque la colaboración de la empresa privada y la academia para afrontar este desafío que se tiene”, precisó.
Siguió Lucía Acurio, quien comenzó señalando que 4 de 5 alumnos están contentos con la plataforma de Aprendo en casa, lo que demuestra, para la experta, que no está mal el programa si no que se debe mejorar enfocando en la medición del progreso de los estudiantes. “No se cuenta con un sistema de gestión de los aprendizajes, un sistema que permita medir, retroalimentar y tomar decisiones”. Continuó explicando que “El programa Aprendo en Casa aún no tiene la capacidad para ser esa solución tecnológica que la educación necesita. Se está trabajando en desarrollar mecanismos para saber quién se registra, también optimizando el contenido a través de la gamificación y que sea mejor aprovechado, y también los docentes recibirán plan de datos sin costo para poder ingresar”.
Se continuó tratando el tema de la relevancia de estar conectados, Juan María Segura precisó que en la región se tiene un gran problema estructural de pobreza. “La brecha en Latinoamérica es enorme, tenemos un problema de inequidad de ingresos, hay una correlación entre la dimensión y la escala que se da esto junto con los servicios básicos; así como con la capacidad que tiene un Estado para abordarlo y la creación de políticas públicas acorde a esa relación”, dijo.
Segura explicó que a esta carencia se suma a una errónea interpretación de la tecnología para la comunicación, en donde no se ha visto a esta última como un medio para transformar la mente de los estudiantes.
Lucía Acurio, sobre ese punto, expresó que una de las principales urgencias que se debe tener es construir la Agenda Nacional de Conectividad, para lo cual se debe tener la radiografía del uso de la banda Ancha. Como siguiente paso marcó que ministerios como el de Transportes y Comunicaciones, de Inclusión Social, Gobiernos Regionales, es decir, todos los actores se deben comprometer en cerrar las brechas. En esa línea, también dijo que se debe usar todas las tecnologías innovadoras para comprender la manera de aprendizaje de los estudiantes y que los maestros tengan como aliadas distintas herramientas.
Hugo Díaz continuó con el tema del uso de recursos tecnológicos, explicando que estos deben darse en las distintas realidades con apoyo del Gobierno, pero precisó que los textos escolares y los cuadernos de trabajo aún deben ser materiales que estén presentes en la enseñanza, en especial en poblaciones de extrema pobreza. De igual modo, señaló que “los medios de comunicación podrían contribuir a la reducción de las deficiencias que se dan en este sistema educativo, desde el diseño de programas con fines educativos además de transmitir las horas del programa Aprendo en Casa. Creo que en el contexto de emergencia su aporte es fundamental”, comentó.
Como recomendaciones finales, Lucía Acurio dijo que para que esta etapa se convierta en una mejora en aprendizaje, se debe idear en conjunto con todos los actores la construcción de un modelo de educación a distancia a la par del nuevo modelo de escuela: “es momento de incentivar el diálogo entre todos los actores, en estos encuentros surgirán nuevas ideas de la construcción de la escuela virtual”.
Hugo Díaz concluyó diciendo que se debe tener en cuenta que hay veces que se tiene una escultura familiar rota donde no hay nadie que ayude al niño a aprender; por lo tanto, la tutoría cercana al niño es valiosa, en este sentido, está bien que “hablemos de un mayor apoyo de las familias, pero no debemos aumentar expectativas, la familia es importante pero no hay que confundir la función de la familia con la función del profesor. De cara al 2021, hay que capacitar al docente para que capacite a distancia y al alumno para que aprenda solo”.
Juan María Segura dijo que esta es una gran oportunidad porque la experiencia está en que los sistemas obren como laboratorios. “No podemos quedarnos con datos básicos de esta experiencia, estos datos deben convertirse en información y conocimiento para entender insights y esos deben derivar en mayor sabiduría que tiene que ser un insumo clave de diseño. Es necesario diseñar un sistema de educación a distancia, tenemos un sistema de educación distante inadecuado a esta coyuntura”.
Finalmente, Ghislaine Liendo, quien dirigió la sesión, concluyó que la educación a distancia ha llegado para quedarse, el aula no tiene el monopolio del aprendizaje, uno puede aprender en cualquier plataforma y espacio; que la conectividad será un derecho humano, que permite conectarnos y romper barreras; que no hay una receta única ni un diseño terminado; que se requiere mucha retroalimentación y compromiso del sistema (medios de comunicación, telecomunicaciones, Estado y otros); y que no hay que perder el foco, que todo debe orientarse al aprendizaje de los estudiantes. “La educación a distancia nos evidencia que se requiere establecer una normativa flexible que dé paso a la innovación, que promueva la creatividad que se ha puesto en marcha en estos meses”, finalizó.