En Perú, la estructura de la familia ha cambiado significativamente, destacando la creciente figura de la madre soltera, quien enfrenta notables desafíos económicos en su rol. La crianza independiente no solo implica una gran responsabilidad emocional y social, sino también un reto económico considerable.
Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del 2023, el 32% de los hogares peruanos son dirigidos por mujeres, un ligero aumento respecto al año anterior, con una alta proporción de ellas siendo madres solteras. Este dato refleja no solo cambios demográficos, sino también las adversidades económicas que enfrentan estas familias. Según el mismo informe, el ingreso medio de las madres solteras es aproximadamente un 30% menor al de los hogares biparentales, lo que subraya la disparidad económica y la lucha por la estabilidad financiera.
Milagros Torres, subdirectora de la Facultad de Negocios de Zegel, enfatiza la necesidad de apoyar a estas madres desde diversos sectores. «Es crucial que las políticas empresariales y gubernamentales faciliten la inclusión laboral de las madres solteras, promoviendo su acceso a empleos dignos y formación continua para mejorar sus condiciones de vida y las de sus hijos», comenta Torres.
Por otro lado, se estima que el 45% de las madres solteras tienen dificultades para costear la educación de sus hijos, un aumento en comparación con años anteriores, lo que refleja las barreras continuas al progreso socioeconómico y educativo. Esta problemática contribuye a un ciclo de pobreza que limita severamente las oportunidades futuras tanto para las madres como para sus hijos.
Por otro lado, un análisis del Instituto Peruano de Economía (IPE) sugiere que las políticas actuales son insuficientes para abordar las necesidades específicas de las madres solteras, proponiendo una revisión y ampliación de los programas de asistencia social y económica. «Las madres solteras muestran una resiliencia extraordinaria y una capacidad de superación impresionante, sin embargo, es fundamental que reciban el apoyo necesario para garantizar un desarrollo integral para ellas y sus hijos», añade Torres.
En conclusión, la realidad de las madres solteras en Perú demanda una atención urgente y coordinada de todos los sectores de la sociedad. Asegurar políticas inclusivas y efectivas no solo es una cuestión de justicia social, sino también un imperativo para el desarrollo sostenible del país. «Comprometernos con medidas inclusivas y efectivas es esencial para transformar el futuro de estas familias, garantizando que la maternidad en solitario no sea un obstáculo para el éxito personal y profesional», concluye Torres.