Proyectos clave avanzan a buen ritmo, pero la falta de planificación en proyectos de infraestructura en el Perú podrían amenazar su funcionamiento. Especialistas advierten sobre este tema y hacen énfasis en la necesidad de una intervención integral.
Aunque Perú tiene importantes proyectos de infraestructura programados para el 2024 y años subsiguientes, el sector enfrenta desafíos que podrían limitar su capacidad para alcanzar su máximo rendimiento en el corto plazo. Expertos advierten sobre la necesidad de abordar estas deficiencias de manera integral para garantizar el éxito de las megaobras, como el nuevo Aeropuerto Jorge Chávez, que requerirá una inversión estimada de US $2.000 millones, y el puerto de Chancay, valuado en US $1.300 millones en su primera etapa, ambos cruciales para el desarrollo del país.
“La planificación de inversiones tiene que tener una visión sectorial, integrada y multimodal. El Estado a la hora de plantear objetivos tiene que buscar conectar la infraestructura no solamente con las carreteras o vías, sino también con las cadenas logísticas con el objetivo de lograr una conectividad óptima con el resto del Perú. El Estado tiene fallas en esa planificación”, explica la expresidenta de Ositran, Patricia Benavente, para el diario El Comercio.
El Aeropuerto Jorge Chávez es un claro ejemplo de la deficiente planificación: su infraestructura estará lista este año, pero su acceso principal, el puente Santa Rosa, se calcula que se concluirá hasta antes del segundo semestre de 2026. Ante este desafío, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones instalará puentes temporales como solución de emergencia. Además, se está elaborando un plan para gestionar el tráfico en la zona, y la solución permanente será la vía expresa Santa Rosa, aunque su finalización está programada para el 2028.
“La velocidad del avance de los proyectos del sector privado es distinta a la velocidad de cumplimiento de los compromisos del Estado. El MTC no pudo adjudicar el puente Santa Rosa en tres concursos. Una situación similar ocurre en Chancay, donde el proyecto está muy avanzado, pero hay un conjunto de obras complementarias como carreteras o vías de acceso que se deben desarrollar (como la vía Evitamiento de Chancay o el par vial Pasamayo-Variante) y están en expedientes. Por eso solo se podrían comenzar a construir el otro año. Y eso se repite no solo en estos casos, también en el aeropuerto de Chinchero”, advierte Gonzalo Ruiz Díaz, economista de Macroconsult.
En un contexto donde el Perú se prepara para importantes proyectos de infraestructura, como el nuevo Aeropuerto Jorge Chávez y el puerto de Chancay, surge una preocupación compartida por especialistas: la falta de planificación que compromete el pleno funcionamiento de estas megaobras en el corto plazo.
Se presenta una similar situación con el puerto de Chancay, cuya primera etapa estará lista en noviembre, pero los pendientes en sus accesos, cruciales para el traslado de la carga importada y exportada, impactarán en su capacidad competitiva.
Hace algunas semanas, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) confirmó a El Comercio que están en progreso tres proyectos viales destinados a mejorar el acceso al terminal portuario. Primero, se implementará un paso a desnivel en el kilómetro 79 de la Panamericana Norte como parte de la Red Vial 5. Además, se espera la finalización de los estudios de perfil del par vial Serpentín-Pasamayo y de la vía evitamiento Chancay-Chancayllo para finales de año.
Según Patricia Benavente el Estado ha cometido un grave error al demorarse tres años en reconocer que la exclusividad a través de una licencia portuaria no era viable, lo que ha desviado la discusión hacia la propiedad del proyecto. Además destaca la falta de una visión de ordenamiento regional del puerto y la ausencia de conectividad multimodal.
“No se está atacando los temas de fondo. Por el error grave del Estado en demorar tres años en darse cuenta de que no se podía dar exclusividad a través de una licencia portuaria hoy la discusión es sobre la propiedad del proyecto. No se tiene una visión de ordenamiento regional del puerto, mucho menos la conectividad multimodal para asegurar un mejor traslado de carga”, indica Benavente para la prensa.
Este escenario refleja un desafío mayor en la planificación de inversiones en infraestructura en el país, donde la falta de coordinación entre el sector público y privado, así como la deficiente formulación de proyectos, generan costos adicionales y retrasos significativos.
En este contexto, expertos y actores del sector coinciden en la necesidad de una reforma que aborde estos problemas de manera integral y que otorgue mayor predictibilidad a los contratistas.
Otro aspecto a considerar es la ausencia de liderazgo y la débil institucionalidad que han sido obstáculos clave para mejorar la ejecución de proyectos en el corto plazo.
La ex ministra de Transportes y Comunicaciones, Paola Lazarte, quien estuvo a cargo cuando se optó por los puentes temporales como acceso al aeropuerto mientras se construye el puente Santa Rosa, destaca la debilidad institucional y la falta de liderazgo como obstáculos que impiden que el sector público y privado trabajen juntos de manera eficaz, lo que, según ella, dificulta que el Estado acelere la ejecución de proyectos a corto plazo.
“No es una falta de capacidad del Estado, hay buenos cuadros en algunos sectores, pero se ven limitados en la medida que no haya un canal institucional para poder destrabar aspectos o problemas con los proyectos. Necesitamos ver problemas recurrentes y plantear qué figuras requerimos”, aclara.
El reciente fallo del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) a favor de la Sociedad Aeroportuaria Kuntur Wasi por la terminación anticipada del contrato de concesión del aeropuerto de Chinchero por parte del Estado peruano, resaltando a su vez la importancia de abordar estos desafíos para evitar futuros litigios y garantizar un entorno propicio para la inversión en infraestructura.