Por: Judith Chávez, Desarrolladora de Negocios de Hikvision
En el Perú, no sólo el COVID-19, es una situación que viene alarmando a las personas. La epidemia de la delincuencia, continúa siendo una de las problemáticas que; si bien es cierto, durante los primeros meses se mantuvo adormecida tras el aislamiento social, nuevamente ha tomado por asalto a la población, especialmente desde la reactivación de los negocios, aproximadamente a mitad de año.
En estos tiempos, la tecnología continúa demostrado ser un recurso vital como respuesta ante diferentes contextos, especialmente cuando se busca tener una ciudad interconectada para resolver posibles hechos delincuenciales o aportar al orden y cumplimiento de las medidas dispuestas por el estado, de manera efectiva y sin pérdida de tiempo. Esto gracias al trabajo integrado entre la gestión humana y las innovaciones tecnológicas (personal de serenazgo, agente de seguridad, población, central de monitoreo, entre otros).
Entonces, podríamos decir que ¿el cambio de las dinámicas sociales por la pandemia sería el primer paso para impulsar un modelo de Smart City en el país? Estaríamos en camino. Hablar de Smart City, no sólo es cuestión de implementar cámaras que cumplan una función reactiva o de registro. Sino es dar un paso más allá, analizar y trabajar con todos los recursos que tenemos, a fin de llegar a la mayor parte de la población donde todos participen y así mantener una mejor calidad de vida.
En este caso, el modelo ideal sería a través de un sistema tecnológico con analíticas embebidas (dentro de los equipos tecnológicos), orientado a la prevención del delito que puedan apoyar a los operadores a ser mucho más eficaces. Es decir, que cumplan con funciones avanzadas mediante la IA (Inteligencia Artificial) y que puedan analizar comportamientos en las personas, realizar reconocimiento de rostro comparando con una base de datos en tiempo real, reconocimiento de placas vehiculares y notificar al centro de control mediante alertas para realizar el seguimiento.
Asimismo, las tecnologías también aportarían a la gestión de los operadores, a través de grabaciones inteligentes, con la finalidad de que la búsqueda forensica sea mucho más efectiva y no pierda mucho tiempo en ubicar esta información.
Un claro ejemplo y sin alejarnos de la realidad que estamos viviendo, con las nuevas regulaciones de toque de queda dispuestas por estado, algunos de los distritos vienen implementando tecnología de reconocimiento de placas vehiculares para llevar un registro de los carros que incumplen la norma.
Finalmente, mientras se continúen con los protocolos claros y bien establecidos para la actuación oportuna ante un evento delincuencial, cada distrito y/o provincia puede optimizar el tiempo de atención con el uso de la tecnología, esto es llegar a mejorar el tiempo en un 50% a menos.