- El Centro Internacional de la Papa (CIP) en Perú alberga el Banco de Germoplasma de papa más grande del mundo en su sede de La Molina, preservando una diversidad esencial para la seguridad alimentaria mundial.
- Este recurso no solo apoya a los agricultores locales y globales, sino que también desempeña un papel crucial en la adaptación al cambio climático mediante colaboraciones e investigaciones científicas.
- El CIP ha distribuido miles de variedades de papa a más de 50 países, fortaleciendo la investigación agrícola global.
El Día Internacional de la Papa (30 de mayo) no solo celebró el sabor del tubérculo, sino también a quienes ayudan a preservarlo y mantener vivas a cada una de sus especies. Uno de ellos es el Centro Internacional de la Papa (CIP), ubicado en Perú, el hogar del Banco de Germoplasma de papa más extenso del mundo. Este banco es un recurso fundamental para la seguridad alimentaria mundial y la adaptación al cambio climático, conservando una amplia colección de papas que incluye 5,014 variedades cultivadas, 2,638 parientes silvestres y 1,567 líneas en proceso de mejoramiento.
Desde su fundación en 1971, el CIP ha liderado esfuerzos en la preservación de la biodiversidad del tubérculo. A través de su Banco de Germoplasma, el CIP utiliza métodos tradicionales de mejoramiento genético, cumpliendo con la moratoria vigente en los Andes contra los cultivos genéticamente modificados. Este enfoque aprovecha la diversidad genética natural para desarrollar nuevas variedades de papas de manera sostenible, asegurando así un suministro constante y resiliente para el futuro.
Variedades de papa desarrolladas por el CIP
El CIP desarrolla y ofrece variedades de cultivos superiores con el imperativo de satisfacer las demandas cambiantes tanto de los agricultores como de los consumidores. En este contexto, la institución ha producido dos grandes proyectos para el mejoramiento de cultivos, los cuales han sido posibles gracias a la diversidad del Banco de Germoplasma. Se tratan de las papas poderosas y las papas biofortificadas.
Las papas poderosas están destinadas al procesamiento en el Perú. Estas variedades ofrecen resistencia a enfermedades, mayor rendimiento y calidad para freír, contribuyendo así a la industria de procesamiento de papa. Mientras que las papas biofortificadas (Kallpa Yawri y Puka Yawri) tienen una mayor cantidad de hierro absorbible por el humano y han sido desarrolladas para contribuir a disminuir la anemia por deficiencia de hierro en zonas donde el consumo de papa es alto como en los Andes.
Al momento, las papas biofortificadas han tenido pruebas piloto en las zonas de alta tasa de anemia donde más del 90% de las familias han plantado esta variedad. Por ello, el CIP se encuentra trabajando en la multiplicación de semillas para distribuirlas a los productores de papa a través de semilleros especializados, esperando beneficiar a más de 700,000 familias de la zona altoandina.
“El consumo de papas biofortificadas en zonas con consumo alto de papa como en las zonas rurales del Perú puede llegar a contribuir con el 50% del requerimiento de mujeres en edad fértil, siendo una de las alternativas en la lucha contra la anemia”, explicó Gabriela Burgos, Investigadora Asociada del Centro Internacional de la Papa. “La investigación de estas papas se inició en Perú. Ahora, el desarrollo de papas biofortificadas tiene proyección de impacto también en África y Asia, en ciudades como Uganda, Etiopía y Ruanda donde el consumo de papa es importante y las variedades biofortificadas podrían contribuir significativamente en la lucha para combatir la anemia a nivel global”, concluyó.
La liberación de estas nuevas variedades se llevará a cabo en un plazo de 3 a 4 meses. Inicialmente, se dispondrá de una cantidad limitada de semilla, con una mayor disponibilidad programada para mayo del próximo año. Estas nuevas variedades de papa ofrecerán hasta un 50% más de hierro en comparación con las papas comerciales, y su absorción es notablemente superior a la de otros alimentos de origen vegetal, posicionándolas como una solución avanzada en la mejora de la nutrición global.
Compromiso del CIP con la seguridad alimentaria
La papa es el tercer cultivo alimenticio más importante a nivel mundial, en consumo humano, después del arroz y el trigo, y es consumida por más de mil millones de personas. Con una producción global que supera los 300 millones de toneladas métricas, este cultivo es un pilar fundamental para la seguridad alimentaria. En países como China, se anticipa que el 50% de la producción alimentaria adicional en los próximos 20 años provendrá de las papas, subrayando su importancia estratégica en el panorama agrícola global.
Ante este escenario, el Banco de Germoplasma del CIP juega un papel crucial en la seguridad alimentaria mundial al ser un centro de conservación de la diversidad genética de este cultivo. En la última década, el CIP ha distribuido cerca de 4,930 accesiones únicas de papa a instituciones y agricultores peruanos, así como a investigadores en 43 países en desarrollo y 11 países desarrollados. Estas semillas, sanas y libres de enfermedades, permiten revitalizar los semilleros y mejorar la seguridad alimentaria de numerosas comunidades.
El CIP también ha repatriado 13,963 muestras de papa a 145 comunidades en 12 regiones del Perú, incluyendo Cusco, Puno, Lima, Junín y Huancavelica. A través de colaboraciones con instituciones nacionales, gobiernos, organizaciones internacionales, universidades, empresas y asociaciones comunales como el INIA en Puno, AGUAPAN en Huancavelica y Junín, y el Parque de la Papa en Cusco, el CIP realiza investigaciones participativas para mejorar la agricultura sostenible, mejorar el acceso a alimentos nutritivos y mitigar los riesgos ambientales y de salud. Estos esfuerzos incluyen el fomento de la agricultura urbana y periurbana, y el apoyo a la conservación in situ, permitiendo que asociaciones y comunidades campesinas mantengan la diversidad de la papa en sus propias chacras.
Asimismo, para asegurar la preservación de sus colecciones, el CIP emplea diversas técnicas de conservación a mediano y largo plazo, como la conservación in vitro, la multiplicación de tubérculos en campo y cobertores, la conservación de semilla botánica a -20°C y la criopreservación a -196°C. Más del 90% de la colección del banco ha sido caracterizada morfológica y molecularmente, proporcionando datos valiosos para programas de mejoramiento y optimizar su conservación.
“El compromiso del Centro Internacional de la Papa con la conservación de la biodiversidad del tubérculo garantiza que este alimento esencial esté disponible para las generaciones futuras frente a cualquier eventualidad, como el cambio climático, conflictos o enfermedades. La preservación de las variedades de papa permite su uso inmediato en el campo, contribuyendo significativamente a la seguridad alimentaria global”, explicó la Dra. Vania Azevedo, Directora del Banco de Germoplasma del CIP.