Hoy en día vemos que son más los emprendimientos que se encuentran construyendo sus líneas de negocio en base a la sostenibilidad y a mantener un compromiso con el medio ambiente. Por ello, tienen en su horizonte a la economía circular, un modelo en donde los recursos se utilizan de forma eficiente, aprovechándose al máximo para reducir residuos y minimizar el impacto ambiental.
Chacra D’Dago y Sinba son dos negocios que tienen claro que esa es la clave del futuro. Hoy, con una visión clara y el apoyo financiero correcto, se impulsan a seguir expandiéndose para lograr el propósito de cuidar el medio ambiente. Esta semana, en el marco de la celebración del Día Internacional del Medio Ambiente, te contamos más acerca de lo que hacen en su día a día:
Expandiendo la cadena productiva
Chacra D’ Dago es una empresa familiar de 3ra generación, fundada por los Marin Arce, ubicada en el límite de Villa Rica, en la región de Pasco. Se trata de una finca cafetalera, especializada en café biodinámico y de especialidad, que ha ido creciendo año tras año, y hoy en día, cuenta con un laboratorio de café que trabaja en catas y tostaduría, logrando no solo expandirse a nivel global, sino también ampliando su cadena productiva con más de 50 caficultores.
En ese sentido, tienen claro que la sostenibilidad es parte esencial de su propuesta, y por ello, luego de arduos años de trabajo, obtuvo la validación del sello Demeter, un certificado internacional que avala la sostenibilidad y valida que los cafés han sido producidos en armonía con la naturaleza. Actualmente, se posiciona como la 5ta finca más grande con sello Demeter en América Latina, y como la única en el Perú con este reconocimiento.
Dándole nueva vida a los residuos
Para los fundadores de Sinba, la economía circular “funciona como la naturaleza: en ella nada sobra, todo se transforma”. Bajo esa mirada, esta empresa social, fundada en el 2016 con apoyo financiado por el BID, busca darle un nuevo sentido tanto a los residuos orgánicos con impacto positivo social y ambiental -convirtiéndolos en alimento animal y abono-, como a los inorgánicos reciclables, que son recuperados en colaboración con recicladores. Así, Sinba logra reducir hasta en un 95% la cantidad de desechos que terminan en vertederos, sumando a la fecha una reducción de más de 3,000 toneladas de CO2, y la producción de más de 850 toneladas de alimento para cerdos, que se ha distribuido a unas 15 granjas en Lima.
Entonces, ¿qué es lo que Chacra D´Dago y Sinba tienen en común? El acceso a crédito y su enfoque en la economía circular. Ambos emprendimientos mantienen una asociación con Cooperativa de Ahorro y Crédito Ábaco, con quienes a través de créditos de diferente índole han logrado continuar con sus planes de expansión y aumentar la producción.
Es así que la economía circular va ganando aún más presencia y relevancia frente al contexto actual, precisamente en aquellos negocios que tienen foco en la sostenibilidad, y por ello, son cada vez más las entidades financieras que están conscientes de la importancia de impulsar emprendimientos que tengan prácticas verdes. En ese sentido, no solo se incrementan las posibilidades de creación de empleos, sino también se beneficia al planeta en línea con la reducción de generación de residuos y desechos no aprovechables.