El inversor declaró que sus donaciones multimillonarias a la Fundación Bill y Melinda Gates, y a otras cuatro fundaciones, solo continuarán mientras él viva.
El inversor Warren Buffett, una de las personas más ricas del planeta, dijo a The Wall Street Journal (WSJ) que cuando muera dejará su fortuna a una nueva fundación benéfica supervisada por sus hijos.
El hombre de 93 años, que posee casi 130.000 millones de dólares en acciones de Berkshire Hathaway, aseguró al medio estadounidense que sus tres hijos deben decidir por unanimidad a qué fines filantrópicos se destinará el dinero.
“Me siento muy, muy bien con los valores de mis tres hijos y confío al 100 % en cómo llevarán a cabo las cosas”, expresó el décimo en la lista de personas más ricas de Forbes al WSJ en una entrevista publicada el pasado viernes.
El multimillonario ya ha regalado más de la mitad de sus acciones de Berkshire.
Pese a que miles de millones de su imperio han ido a la fundación Bill y Melinda Gates, Buffett indicó al rotativo que una vez que esté muerto dejará de donar a esta fundación.
Desde 2006 hasta 2023, Buffett donó a la Fundación Gates 39.300 millones de dólares, según su página web.
Buffett aseguró que no ha dado órdenes de qué hacer con su legado a sus hijos, Susie (de 71 años), Howie (de 69 años) y Peter Buffett (de 66 años).
“Debería utilizarse para ayudar a las personas que no han tenido tanta suerte como nosotros (…) Hay 8.000 millones de personas en el mundo, y mis hijos y yo hemos estado en el 100 % más afortunado del 1 %. Hay muchas maneras de ayudar a la gente”, dijo.
En mayo pasado, el emblemático presidente y director ejecutivo de Berkshire Hathaway, lanzó una advertencia sobre las expectativas de rendimiento futuro de su conglomerado, indicando que no hay “ninguna posibilidad de un rendimiento llamativo”.
A pesar de ello, el valor de las acciones de Berkshire ha experimentado un aumento significativo, superando a gigantes tecnológicos como Apple, Microsoft y Tesla, e incluso posicionándose como una de las únicas compañías no tecnológicas en Estados Unidos con un valor cercano al billón de dólares.
Los inversores, en un giro hacia la prudencia financiera, han visto en Berkshire un refugio seguro, beneficiándose de la coyuntura de tasas de interés más altas. Estas condiciones han permitido a la firma disfrutar de retornos más atractivos de su considerable reserva de efectivo y posicionarse estratégicamente para posibles adquisiciones, dada la presión sobre otros dueños de empresas a considerar ventas ante el encarecimiento del capital.