Con estrategias como el e-commerce, los distribuidores y operadores logísticos de la cadena de frío, en el sector de alimentos y bebidas, enfrentan un desafío nada sencillo: mantener la calidad e integridad de estos productos sensibles a la temperatura, a fin de evitar su descomposición durante el almacenamiento y traslado. Mantener el control de temperatura de alimentos es una práctica fundamental para evitar la pérdida de productos, garantizando así que estos lleguen en óptimas condiciones a los consumidores.
El comercio electrónico que en Latinoamérca tuvo más de 165 millones de compradores al cierre de 2023 y se prevé que se aproxime a los 281 millones a cierre de 2029, según Statista, presenta un desafío para la industria alimentaria: la conservación de productos perecederos. Es aquí donde el transporte refrigerado juega un papel fundamental, especialmente en la última milla, la etapa final del viaje que lleva los alimentos desde los centros de distribución hasta la mesa del consumidor.
En América Latina, el mercado del transporte refrigerado ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado por el aumento de la demanda de productos frescos y procesados, la expansión del comercio electrónico y la mayor conciencia sobre la importancia de la seguridad alimentaria. Esto es evidente ante el tamaño del mercado mundial de la logística de último kilómetro (o de última milla), que se valoró en US$41,231 millones de dólares en 2022 y se espera que se expanda a una CAGR del 14.78% durante el próximo sexenio, gracias al desarrollo del comercio electrónico, de acuerdo a Statista.
Para Thermo King, líder mundial en soluciones de control de temperatura para el transporte, la última milla del transporte refrigerado es la etapa más crítica para mantener la frescura y calidad de los productos perecederos. Durante este trayecto corto pero crucial, los alimentos se exponen a diversas condiciones ambientales que pueden afectar su integridad. Por lo tanto, la implementación de soluciones eficientes y sostenibles en esta etapa final de la cadena de suministro es clave para garantizar que los consumidores reciban productos frescos y seguros.
En la opinión de José Carlos Gómez, director de ventas LAR Norte en Thermo King, “estrategias como el e-commerce intensifican la necesidad de un control riguroso de la temperatura para prevenir la descomposición. Hoy, se requiere de unidades de refrigeración para transporte sencillas y confiables para cualquier aplicación, ya sea que entregue comestibles, comidas caseras o flores frescas. Asimismo, es fundamental tener la unidad de refrigeración adecuada en los vehículos para garantizar una entrega segura y puntual”.
Los alimentos sensibles a la temperatura, como productos lácteos, carnes, pescados, frutas y verduras, son particularmente vulnerables a los cambios de temperatura, por lo que requieren condiciones específicas de almacenamiento y transporte para evitar su deterioro. De acuerdo con el experto de Thermo King, si los alimentos no se mantienen dentro de los rangos adecuados, pueden ocurrir varios problemas:
- Deterioro de la calidad de los productos, afectando la pérdida del sabor, textura y aspecto.
- Descomposición del producto, llevándolo a un estado no apto para el consumo.
- Enfermedades transmitidas por alimentos, ya que algunas bacterias pueden crecer rápidamente y causar enfermedades graves, incluso mortales.
- Pérdidas económicas por los productos estropeados, lo que representa una pérdida directa para los fabricantes y distribuidores.
- Daño a la reputación, pues un brote de enfermedad transmitida por alimentos puede dañar gravemente la reputación de una empresa y costarle clientes.
Para optimizar la última milla del transporte refrigerado y garantizar la frescura de los productos perecederos especialmente en una geografía con una amplia diversidad climática como el Perú, Thermo King recomienda implementar estrategias como:
- Uso de vehículos refrigerados eficientes: Invertir en vehículos con tecnología de punta que mantengan una temperatura constante durante el trayecto.
- Optimización de rutas: Planificar rutas eficientes que minimicen el tiempo de transporte y reduzcan las emisiones de CO2.
- Monitoreo en tiempo real: Implementar sistemas de monitoreo que permitan rastrear la ubicación, temperatura y condiciones de los productos durante el transporte.
- Entrega a domicilio: Ofrecer servicios de entrega a domicilio para mayor comodidad de los consumidores.
- Reducción del desperdicio: Implementar estrategias para reducir el desperdicio de alimentos, como la donación de productos excedentes a bancos de alimentos.
“La inversión en sistemas de control de temperatura efectivos en la última milla ayuda a proteger la calidad de los alimentos y genera beneficios económicos a lo largo de la cadena de suministro, ya que se reducen las mermas por alteraciones de los productos, se mejora la satisfacción del cliente y se fortalece la imagen de las empresas involucradas”, finaliza José Carlos Gómez, de Thermo King.
Al combinar las estrategias y soluciones con las mejores prácticas, los operadores logísticos y distribuidores pueden minimizar los riesgos asociados al transporte de alimentos y bebidas sensibles a la temperatura, y con esto garantizar entregas eficientes, proteger la calidad de los productos y la satisfacer a sus clientes.