Cada vez cobran mayor interés los proyectos de tokenización en nuestro país, una tendencia que busca transformar los activos físicos y virtuales en tokens digitales, que representan la propiedad, derechos o acceso a recursos. Descubre de qué se trata en esta nota.
La tokenización de bienes y servicios es una innovadora tendencia en la era digital que transforma activos físicos y virtuales en tokens digitales, almacenados en una cadena de bloques (tecnología blockchain). Estos tokens representan la propiedad, derechos o acceso a recursos, brindando ventajas clave como la divisibilidad, transferibilidad y transparencia de dichos activos.
Por ejemplo, al fraccionar activos costosos, la tokenización permite la inversión inclusiva y aumenta la liquidez de los mercados. Además, la tecnología de cadena de bloques puede llegar a garantizar en cierta manera la integridad de los registros y la seguridad en las transacciones. Este fenómeno disruptivo está democratizando el acceso a la inversión, simplificando la gestión de activos y abriendo nuevas oportunidades para economías más ágiles y descentralizadas.
¿Qué es un token y cuáles son sus ventajas?
María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMkt –plataforma exchange de criptomonedas líder en la región– explica que, “un token es una unidad de valor que existe en una blockchain específica y puede representar una amplia variedad de activos, como criptomonedas, bienes/ cosas físicos, derechos de propiedad, puntos de recompensa, acciones, entre otros.” Y agrega que, “se puede tokenizar de todo y hoy existen muchísimos proyectos de tokenización en Latam y también los hay en Perú. Pero para los más conservadores, incluso cada vez más gobiernos tokenizan sus monedas o existen tokens de oro que pueden comprarse en plataformas seguras como CryptoMkt”.
Para Juppet, una de las ventajas de la tokenización es la transparencia y facilidad de traspaso de la propiedad de ese token sin depender demasiado de intermediarios y burocracia. “No significa que se vayan a eliminar las gestoras que intermedian estas operaciones o que no existan entes que apoyan en la operación, pero se optimiza el proceso y facilita el traspaso o transferencia de ese bien tokenizado”, remarca. Pero hay muchas otras más ventajas de la tokenización, como la liquidez que aporta, accesibilidad, la fraccionabilidad de la propiedad, la reducción de costos, entre otros.
Tokenización de activos, una realidad
Un ejemplo de esta tendencia es Rext –compañía especializada en tokenización inmobiliaria y activos de la economía real–. Según explica, Álvaro Castro, cofundador y Chief Portafolio Officer de la empresa, “nosotros nos enfocamos en la tokenización de bienes raíces permitiendo a inversores de Latinoamérica invertir desde USD 1,000 y obtener retornos mensuales, a través de comprar tokens que representan una fracción de una propiedad”.
Cuando se le pregunta si la tokenización tiene potencial para cambiar el mercado inmobiliario, responde que “Sí, se estima que para 2030, el 10% de la economía global estará tokenizada, siendo los bienes raíces la vertical con mayor penetración, porque al tokenizar una propiedad, se puede dividir en múltiples partes, lo que permite a los inversores comprar una fracción de la propiedad. Esto reduce las barreras de entrada al mercado inmobiliario. Además, los tokens pueden ser comprados y vendidos con mayor facilidad que las propiedades físicas. Por otra parte, para un inversor local poder invertir en una propiedad en un mercado de gran solidez como el de Estados Unidos representa un gran atractivo de ahorro y capitalización”.
Otro caso interesante de la tokenización de activos es Koibanx –compañía líder en tokenización financiera utilizando tecnología blockchain–. Leo Elduayen, CEO y cofundador de la empresa señala que se pueden tokenizar facturas, carteras de deuda, activos de la vida real (autos, inmuebles, la cosecha, vacas, etc.), títulos de valor, commodities hasta puntos de fidelidad, entre otros. “Actualmente contamos con 5 tipos de clases de activos tokenizados en Sudamérica: dinero fiduciario (sol peruano, pesos argentinos, pesos colombianos, dólares, etc.); commodities (tierra, energía, etc.); instrumentos financieros; facturas de créditos electrónicas y garantías bancarias”, apunta Elduayen.