- Según el especialista, la falta de una visión de desarrollo empresarial se refleja también en el crecimiento del país, porque impacta directamente en el aporte al PBI, la generación de empleos y la competitividad.
Aunque se reconoce que el peruano es emprendedor, para que este espíritu se traduzca en empresas sostenibles es fundamental superar la mentalidad de subsistencia y adoptar un enfoque más estratégico. Hoy en día, el Perú enfrenta un síndrome de enanismo empresarial, ya que el 97% de las microempresas se mantienen como tales después de 10 años, según la Cámara de Comercio de Lima.
Rodolfo Salazar, gerente general de Koplast, sostiene que la falta de una visión de desarrollo empresarial se refleja también en el crecimiento del país, porque impacta directamente en el aporte al PBI, la generación de empleos y la competitividad. Por ejemplo, el 99,6% de las empresas en Perú son micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que producen 47% del PBI. A partir de ello, agrega que las empresas en expansión contribuyen a la reducción de la pobreza, fortaleciendo el tejido socioeconómico y el desarrollo a largo plazo.
“Hacer empresa en el Perú no solo es crucial para la dinamización económica, sino también para romper con el ciclo del enanismo empresarial. Es un compromiso con el crecimiento constante y la expansión, impulsando la innovación y la sostenibilidad. Superar las limitaciones del tamaño empresarial significa adoptar una visión estratégica, formalizarse y aprovechar al máximo las oportunidades de mercado”, agrega Salazar.
En esa línea, Salazar sostiene que, en el dinámico mundo empresarial actual, impulsar el crecimiento sostenible y significativo demanda una estrategia integral, centrada en optimizar procesos internos. Por ello, agrega que es importante la cultura empresarial para el desarrollo y la competitividad: invertir en el crecimiento profesional de los trabajadores y fomentar un ambiente inclusivo son aspectos claves que no solo aumentan la productividad, sino que también fortalecen el sentido de pertenencia. Así, agrega que este enfoque, además de generar beneficios económicos, contribuye al bienestar personal y profesional de un equipo, demostrando que el verdadero progreso incluye el desarrollo integral de las personas.
“Cada iniciativa empresarial que nace en el país no solo representa un compromiso con la calidad y la excelencia, sino también una oportunidad para transformar positivamente comunidades enteras. Por ello, en Koplast, impulsamos con orgullo la campaña ‘El producto que conecta el progreso de todo un país Tubo que ser peruano’, que renueva nuestra imagen en el producto y es un firme compromiso con el crecimiento socioeconómico. Reconocemos que las empresas deben innovar para mantenerse competitivas y alcanzar un crecimiento sostenido, mejorando continuamente sus procesos”, detalla.
Salazar señala también que es fundamental seguir apoyando y fortaleciendo el ecosistema empresarial a través de medidas que faciliten la creación y formalización de negocios. Así, concluye que, al hacerlo, no solo se potencia el potencial económico del país, sino que también se construye un futuro más equitativo y próspero para todos los peruanos.