- Desde amenazas cibernéticas avanzadas hasta el cumplimiento normativo y la gestión de riesgos, estos desafíos exigen estrategias robustas y una cultura organizacional enfocada en la seguridad de los datos.
En un mundo cada vez más digitalizado, la privacidad de los datos corporativos se ha convertido en una prioridad crítica para las empresas de todos los sectores. Por ello, con el aumento exponencial de las amenazas cibernéticas y las regulaciones más estrictas sobre la protección de datos, las organizaciones se enfrentan a desafíos sin precedentes para garantizar la seguridad de su información sensible.
En ese contexto, no solo están implementando tecnologías avanzadas de ciberseguridad, sino que también están enfocando esfuerzos en el reclutamiento del personal altamente calificado para fortalecer sus equipos de seguridad informática y asegurar la protección integral de sus activos digitales.
Según el reciente informe de EY Perú, más del 50% de las empresas no están preparadas para enfrentar los desafíos futuros, especialmente en lo que respecta a la ciberseguridad y la protección de datos. Esto expone a las organizaciones a mayores riesgos de brechas de seguridad, lo que pondría derivar en sanciones significativas y pérdida de confianza por parte empleados y clientes.
En ese sentido, las organizaciones deben implementar estrategias integrales que incluyan la capacitación continua del personal, la adopción de tecnologías avanzadas de seguridad y el fortalecimiento de sus políticas de privacidad para mitigar los riesgos asociados y garantizar la protección de la información sensible. La información que una empresa maneja, desde detalles financieros hasta estrategias de negocio, puede ser invaluable tanto para la operación diaria como para mantener una ventaja competitiva en el mercado. Si estos datos caen en manos equivocadas, las consecuencias pueden ser devastadoras: pérdida de confianza por parte de los clientes, sanciones legales, daño a la reputación, y en casos extremos, la viabilidad misma de la empresa puede verse comprometida.
“La exposición de información crítica puede dar lugar a ataques cibernéticos más sofisticados, chantajes corporativos y una desestabilización del mercado en el que la empresa opera. Por ello, la protección de datos no solo es una medida de cumplimiento normativo, sino un pilar estratégico para la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo de la organización”, afirmó Giancarlo Ameghino, Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland.
Tras ello, el ejecutivo de Crosland aborda los principales 3 desafíos que enfrentan las organizaciones en un entorno cada vez más digitalizado, destacando la creciente sofisticación de las amenazas cibernéticas y la urgencia de implementar estrategias robustas para proteger y prevenir delitos cibernéticos.
- Sistemas de encriptación de datos: Son tecnologías y procesos diseñados para proteger la información al convertirla en un formato codificado, inaccesible para usuarios no autorizados. Además, las empresas pueden complementar estos sistemas con tecnologías avanzadas, como el análisis de comportamiento, para detectar y mitigar en tiempo real cualquier acceso inusual o no autorizado.
- Protección de datos sensibles: A medida que las empresas gestionan volúmenes crecientes de información, incluidos datos altamente confidenciales como información financiera, datos personales de clientes y propiedad intelectual, la protección de estos recursos se convierte en una prioridad crítica. Fomentar una cultura organizacional que valore la privacidad y la protección de datos motiva a los empleados a seguir las mejores prácticas y estar alerta ante posibles amenazas.
- Gestión de riesgos internos: Aunque los empleados son fundamentales para la operación de la empresa, también representan una de las mayores amenazas para la seguridad cibernética, ya sea por errores humanos o intenciones maliciosas. La gestión efectiva de este riesgo requiere capacitación continua en ciberseguridad, la implementación de controles de acceso estrictos, y la monitorización constante de actividades sospechosas dentro de la organización.
“Proteger los datos corporativos no es simplemente una cuestión técnica, sino una responsabilidad integral que abarca tecnología, procesos, y, lo más importante, una cultura organizacional que priorice y valore la seguridad de la información”, señala el directivo del Grupo Crosland.