La disparidad de ingresos en el mercado formal afecta la competitividad empresarial y el desarrollo económico en la capital, sobre todo en las oportunidades hacia las mujeres.
El ingreso promedio mensual de las mujeres en Lima Metropolitana sigue siendo un 25.6% inferior al de los hombres, de acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Entre junio y agosto de este año, el ingreso promedio de los hombres en la capital se ubicó en S/ 2,270.8, mientras que el de las mujeres alcanzó solo S/ 1,689.4, evidenciando una diferencia de S/ 581.4.
“La falta de equidad salarial entre hombres y mujeres puede llevar a las empresas a perder competitividad en un entorno de negocios cada vez más exigente y globalizado. Implementar políticas de igualdad no solo es un deber legal, sino una estrategia que impulsa el desarrollo organizacional”, advirtió Milagros Torres, subdirectora de la Facultad de Negocios de Zegel.
A nivel nacional, la situación se agrava en regiones donde la brecha salarial supera el 36%, alcanzando hasta un 50% en zonas como Cerro de Pasco, según datos del Instituto Peruano de Economía (IPE). Este contexto coloca a Perú en el puesto 79 de 146 países en el ranking global de brecha de género, lo que evidencia la persistente desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres.
En el ámbito laboral formal, las mujeres con estudios superiores en Lima Metropolitana ganan en promedio S/ 2,094.5 mensuales, mientras que los hombres con el mismo nivel educativo perciben S/ 2,751.3, lo que representa una brecha del 24%.
“Las empresas que no aborden esta problemática están desaprovechando el potencial de un gran número de profesionales que pueden aportar valor significativo a sus organizaciones, la implementación de programas de desarrollo y retención de talento femenino es fundamental para cerrar esta brecha”, especificó Torres.
En cuanto a las mujeres con educación secundaria, sus ingresos ascienden a S/ 1,033 en promedio, frente a los S/ 1,525.4 que ganan los hombres, reflejando una brecha del 32.3%. Esta desigualdad persiste a pesar de que la Ley N°30709, promulgada en 2017, prohíbe la discriminación remunerativa entre varones y mujeres.
Aunque las leyes existen, la realidad muestra un panorama diferente en la práctica. Las mujeres con el mismo nivel de estudios y experiencia que los hombres siguen recibiendo menores ingresos. Esto no solo impacta negativamente en la vida de millones de peruanas, sino también en la capacidad de la capital, y del país, para posicionarse como uno de los competitivos en la región.