Perú deberá invertir más de US$ 1000 millones anuales en fuentes renovables para afrontar transición energética

Existen todavía grandes oportunidades y desafíos, que pueden trabajarse a través de los recursos que tiene el país.

Bloomberg NEF presentó en Perú el reporte «Tendencias Globales en la Transición Energética y el Transporte», en el marco del evento “Energía del futuro: Rumbo al cambio en la Transición Energética Global” que co-organizó junto a la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y en la que también participaron líderes del sector energético.

Según este informe, la transición energética hacia una economía global descarbonizada ya no es una opción, es una necesidad. En ese sentido, se dio a conocer que en 2023 la inversión global en energías limpias alcanzó los $1.7 billones de dólares, un récord que marca el creciente compromiso por reducir las emisiones de carbono.  Asimismo, se explicó que para mantener el calentamiento global por debajo de 1.77°C, como lo indica el Acuerdo de París, las inversiones anuales en transición energética deben aumentar a $4.8 billones de dólares entre 2024 y 2030, y luego a $6.5 billones anuales hasta 2040.

Potencial y desafíos en Perú

A nivel mundial, China lidera esta carrera con inversiones en energía renovable, redes y transporte eléctrico, seguido de Europa y Estados Unidos. Por su parte, en el caso de Perú existen todavía grandes oportunidades y desafíos, que pueden trabajarse a través de los recursos que tiene el país para liderar la producción de energía renovable e hidrógeno verde.

Las inversiones en energía renovable del país han sido esporádicas y relativamente pequeñas comparadas a otros países, señala el reporte. Por ejemplo, Brasil ha incrementado sus inversiones de US$6.2 mil millones a US$25 mil millones en los últimos siete años.

Sin embargo, en Perú ha oscilado entre $200 y $500 millones anuales en los últimos años. Para cumplir con su potencial, el país debería invertir más de US$1000 millones al año en renovables, según detalló Guillaume Fouché, director comercial de BloombergNEF América Latina.

Por otro lado, el estudio Climate Scope 2023, también coloca al Perú en la cuarta posición a nivel de América Latina. Este informe analiza políticas y recursos y evalúa el atractivo de inversión en energías limpias en más de 150 países. Si bien esto parece alentador, el país ocupa la posición 36 a nivel mundial, lo cual revela que existen políticas por trabajar, sobre todo, en inversión en renovables y la descarbonización del transporte.

Descarbonización del transporte, una deuda pendiente

Uno de los sectores donde Perú muestra un rezago evidente es en el transporte. De acuerdo con BloombergNEF aún falta desplegar mucho más la introducción de buses eléctricos, vehículos eléctricos o infraestructura de carga, lo que contrasta con los avances de países como Chile, Colombia y Brasil.

Además, con una industria minera prominente que depende en gran medida del transporte pesado, electrificar este sector no solo contribuiría a los objetivos climáticos, sino que también aumentaría la competitividad del país en los mercados globales, donde la reducción de la huella de carbono es cada vez más relevante.

Hidrógeno verde, una oportunidad emergente

Por otro lado, el hidrógeno verde se presenta como una de las tecnologías clave para la descarbonización de industrias pesadas y el transporte marítimo y aéreo. Fouché señaló que Perú tiene una oportunidad única para desarrollar esta tecnología debido a su abundancia en energía solar y su posición geográfica estratégica. Los costos de producción de hidrógeno verde son altamente competitivos a nivel global, lo que convierte al país en un candidato ideal para liderar esta industria emergente en la región.

Si bien el hidrógeno verde aún está en sus primeras etapas de desarrollo, se espera que su adopción crezca significativamente en las próximas décadas. Según proyecciones, para 2030 el hidrógeno verde producido a partir de energía solar será la tecnología más barata en Perú, posicionando al país entre los 10 primeros a nivel mundial en cuanto a costos de producción.

Para que esto se concrete, será necesario fomentar políticas que incentiven el desarrollo de proyectos piloto y la inversión en infraestructura de producción y exportación de hidrógeno.