Por Fernando Arce Alvarado Parlamentario Andino
La Cumbre de Líderes de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024 que se llevará a cabo esta semana en Lima, marca un hito importante en la proyección internacional de Perú. Este evento de alto nivel, que reúne a las principales economías del Pacífico, representa una oportunidad inmejorable para que nuestro país logre consolidar su papel como un actor clave en el comercio global y en la integración económica regional que sin lugar a duda ha sido clave para que nuestro país hoy tenga acuerdos bilaterales de comercio con (China, Japón, Tailandia, Singapur, Corea del Sur, etc.). Sin embargo, detrás del brillo de la diplomacia internacional y las grandes promesas de desarrollo económico, surgen interrogantes importantes sobre el verdadero impacto de este tipo de cumbres en los países anfitriones, en particular en un Perú que aún enfrenta profundos retos estructurales.
La Cumbre de APEC permitirá expandir los lazos comerciales con las economías más dinámicas del mundo con países como China, Japón, Estados Unidos, Australia entre otras. Vale recordar que, los países que integran este foro en materia económica representan alrededor del 60% del PIB mundial y más del 40% del comercio global. Por ello, es importante recordar que el Perú cuenta con muchos recursos de exportación, mineros, agropecuarios, forestales, entre otros y tiene la oportunidad de estrechar lazos que permitan profundizar la integración económica. También resulta clave que en este Foro nuestras autoridades puedan atraer inversión extranjera directa a los sectores claves de nuestra economía y muchas posibilidades de inversión en los distintos sectores económicos clave como la minería, energía renovable, la agricultura, agricultura orgánica, la tecnología y el turismo con fin de disminuir el desempleo.
La cooperación en estos sectores tiene el potencial de beneficiar tanto a las grandes corporaciones como a las pequeñas y medianas empresas peruanas, a las que APEC brinda acceso a una red de intercambio de conocimientos, capacitación técnica y oportunidades de inversión. De esta manera, Perú podría aprovechar sus recursos naturales mientras avanza hacia una economía más diversificada y sostenible, lo que contribuiría a mejorar la competitividad del país a largo plazo.
Cabe precisar que, la Cumbre de APEC 2024 representa una oportunidad única para el Perú, pero también plantea varios desafíos que el país debe enfrentar para aprovechar su potencial. A pesar del crecimiento económico en las últimas décadas, la profunda desigualdad social y económica sigue siendo un obstáculo mayúsculo. Por ejemplo, la pobreza y la desigualdad siguen siendo problemas persistentes que afectan a una proporción significativa de la población. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más del 25% de los peruanos viven por debajo de la línea de pobreza. Por ello, es crucial que las políticas públicas aprovechen las oportunidades generadas por APEC para promover la inclusión social y mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables, garantizando el acceso a educación, salud, tecnología y capacitación laboral para una integración efectiva en la economía global.
Además, la creciente inestabilidad política, las tensiones sociales y las deficiencias en infraestructura son desafíos clave que podrían limitar los beneficios reales que la Cumbre puede ofrecer. Perú necesita demostrar estabilidad política y fortalecer su capacidad de gobernanza para generar confianza en los inversionistas y promover reformas económicas. Asimismo, es esencial seguir invirtiendo en la modernización de infraestructuras, como el transporte y la conectividad digital, para cumplir con las demandas de un mercado global interconectado. Con un enfoque estratégico e inclusivo, Perú podría aprovechar APEC no solo para mejorar su posición económica, sino también para garantizar que todos los peruanos se beneficien de los frutos del crecimiento y la integración global.