El Algarrobo se enmarca en los esfuerzos de Buenaventura por diversificar su portafolio de proyectos y fortalecer su presencia en el norte del país.
La Compañía de Minas Buenaventura, una de las principales empresas mineras del Perú, logró adjudicarse el proyecto El Algarrobo, ubicado en la localidad de Tambogrande, en la región de Piura. De acuerdo al Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), este proyecto polimetálico representa una inversión total de US$2.753 millones y se perfila como un pilar estratégico para la expansión de la compañía en el país.
Contempla la producción de 15.000 toneladas de cobre, plata y zinc, consolidando su relevancia en el sector minero nacional. Roque Benavides, presidente del directorio de Buenaventura, destacó que la experiencia previa de la empresa en la zona fue un factor determinante para la buena pro.
Benavides dijo que la compañía cuenta con una propiedad minera a solo siete kilómetros del yacimiento TG3, lo que les permitió presentar una propuesta sólida ante Proinversión, la entidad encargada de la licitación. Para hacernos una idea, la inversión inicial requerida en Tía María (Arequipa) oscila los US$1.400 millones.
“Sabíamos que el yacimiento TG3 estaba en manos de Proinversión, así que planteamos una iniciativa de inversión privada. Después de evaluar nuestra propuesta y solicitar otras ofertas, finalmente hemos sido los ganadores de esta licitación”, agregó.
El Algarrobo es un proyecto polimetálico que contempla la extracción de cobre, zinc y plata que inicialmente alcanzaría una producción de 5.000 toneladas por día, capacidad que se incrementará hasta 15.000, la cual se determinará, con exactitud, con los estudios de factibilidad. No solo implica una inversión significativa en infraestructura, sino también un compromiso a largo plazo con la operación y el desarrollo sostenible en la región.
Benavides indicó que la propuesta de Buenaventura incluyó tanto inversión fija como recursos destinados a garantizar la operación continua del proyecto durante los próximos años. Este enfoque integral fue clave para que la compañía se posicionara como el único ofertante en el proceso de licitación.
Un aspecto clave del proyecto es el énfasis en el trabajo con las comunidades locales, ya que la empresa lleva más de dos décadas operando en la zona, lo que ha permitido establecer un vínculo cercano con los habitantes de Tambogrande.
“Ya estamos trabajando en el relacionamiento con la comunidad. Este no es un proceso que tenga una fecha de inicio o finalización, es un relacionamiento permanente”, señaló Benavides.