Estados Unidos advierte: ¿Están los puertos chilenos preparados para los nuevos riesgos tras la apertura del Megapuerto de Chancay?

Un informe de la ICAIE destaca la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en los puertos de Sudamérica debido al cambio en las rutas comerciales tras la apertura del Megapuerto de Chancay en Perú, que podría incrementar el tráfico de actividades ilícitas en la región.

El inicio de operaciones del Megapuerto de Chancay, en Perú, ha puesto en alerta a Estados Unidos, que, a través de la International Coalition Against Illicit Economies (ICAIE), ha emitido un informe sobre los posibles riesgos de seguridad en los puertos de Sudamérica, en especial en Chile. El documento señala que los cambios en las rutas comerciales, derivados de la apertura de este ambicioso proyecto portuario, podrían intensificar el tráfico ilícito, como el contrabando y el narcotráfico, en la región.

La ampliación de la capacidad del Megapuerto de Chancay, respaldada por inversiones chinas, está redibujando el mapa logístico de América Latina, al convertir a Perú en un centro clave para el comercio internacional. Su capacidad para manejar hasta un millón de contenedores anuales ha generado presión sobre otros puertos sudamericanos, y, en particular, sobre los puertos chilenos, que podrían enfrentar desafíos de seguridad adicionales ante el desvío de mercancías hacia Perú.

El informe de la ICAIE advierte que el aumento de actividades comerciales en la región podría facilitar el crecimiento de actividades ilícitas si no se adoptan medidas adecuadas para contrarrestarlas. Chile, que es un importante punto de tránsito de mercancías, tendrá que adaptarse a este nuevo panorama con una infraestructura más robusta y un control de seguridad más riguroso. La advertencia también incluye la necesidad de mejorar la cooperación regional para asegurar la seguridad de las operaciones portuarias en Sudamérica.

La ICAIE ha recomendado diversas medidas para abordar estos riesgos, como el fortalecimiento de las normativas portuarias, el uso de tecnologías avanzadas de vigilancia y el intercambio de información de inteligencia entre los países de la región. Estas acciones buscan mitigar los riesgos asociados al aumento de actividades ilícitas y asegurar que la expansión comercial no se vea opacada por problemas de seguridad.

Con la creciente presión sobre la seguridad en los puertos sudamericanos, es esencial que los gobiernos regionales trabajen de manera conjunta para adaptarse a los cambios logísticos y comerciales provocados por la apertura del Megapuerto de Chancay, mientras refuerzan sus medidas de prevención y control de delitos transnacionales.