Sobre una concesión, las empresas mineras planifican un horizonte de trabajo e inversión a largo plazo que contempla la gestión de licencias y permisos, trabajos de exploración y construcción, además de un avance progresivo en el territorio concesionado y gestión social desde la etapa temprana .
Especialistas demandan preservar la competitividad, ante cualquier intento normativo sobre las concesiones.
“El régimen de concesiones mineras en el Perú debe ser un incentivo para la inversión y un motor clave para el desarrollo del país”. Así lo señaló Domingo Drago, presidente de Rumbo a PERUMIN, en el evento titulado ‘La concesión minera y los desafíos para su operatividad’, desarrollado en el marco del Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP). De esta manera, se hizo alusión a las propuestas normativas que buscan reducir los plazos de concesión para el desarrollo de la minería, resaltando la necesidad de “que haya visión estratégica y coherencia cuando se busca normar en torno a ellas (las concesiones mineras)”.
Drago explicó que las empresas mineras planifican con un horizonte de trabajo e inversión a largo plazo, lo que requiere de un marco legal que garantice la seguridad territorial durante el tiempo que les permita desarrollar sus proyectos de manera sostenible. Con estos plazos, detalló, las empresas planifican períodos de trámites y permisos, un relacionamiento social temprano que será transversal a lo largo de la vida de la mina, actividades de exploración, licencias de construcción, desarrollo de operaciones y, simultáneamente, continúan su exploración en zonas adyacentes a la mina, lo que permite determinar nuevos proyectos de ampliación, que han sido fundamentales en los últimos años.
“El contar con una concesión minera es un paso importante, pero muy preliminar cuando hablamos de desarrollar un proyecto minero. Los plazos requeridos para construir el relacionamiento social y la generación de confianza con las poblaciones aledañas a la concesión o dentro de la misma, el acceso al terreno superficial, la etapa de exploración, el dimensionamiento de un yacimiento, diseñar la infraestructura requerida y obtener los permisos necesarios sobrepasan muchas veces las dos décadas”, informó Drago. Además, enfatizó que no existen concesiones inactivas y que la inmersión de una empresa sobre el territorio concesionado es progresiva.
Riesgos en la competitividad
El presidente de Rumbo a PERUMIN resaltó también la importancia de considerar que la minería es una industria global y que es fundamental pensar en la competitividad antes de cambiar las reglas de juego sobre las concesiones. Explicó que el Perú compite con otros países que buscan atraer capitales para hacer minería y que cualquier cambio en las normativas podría desincentivar el interés de los inversionistas, tanto nacionales como internacionales.
“Las autoridades deben mantener un marco normativo claro y estable, que permita predictividad . Solo así las empresas podrán seguir invirtiendo en el Perú, lo que no sólo impulsará el crecimiento del sector minero, sino que también generará empleo, fomentará la innovación y fortalecerá la economía nacional”, sostuvo Domingo Drago.
Invocación al diálogo
Al respecto, Gustavo De Vinatea, gerente general del IIMP, señaló que las concesiones mineras son un recurso esencial para el futuro de la minería y del país. Por ello, enfatizó la importancia de trabajar de manera colaborativa en el desarrollo de propuestas que aseguren su óptimo aprovechamiento y puesta en valor, involucrando a autoridades nacionales y subnacionales, empresas y sociedad civil.
El gerente general del IIMP resaltó la importancia de seguir generando espacios de encuentro multiactor. Destacó la realización de próximos encuentros como proEXLO 2025, en mayo, y PERUMIN 37, en setiembre, los cuales congregarán a destacados profesionales de la industria, además de autoridades sectoriales y representantes de empresas.