Por Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros, ATFX LATAM
El panorama financiero global se encuentra en una encrucijada marcada por la evolución de la inflación en EE.UU., las negociaciones comerciales a nivel internacional y la incertidumbre geopolítica. Los mercados han reaccionado con volatilidad a los datos de inflación en EE.UU., donde el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero registró un 2,9% interanual, superando ligeramente la previsión de 2,8%. Esta lectura ha llevado a los operadores a ajustar sus expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal, postergando la previsión de un recorte de tasas hasta finales de 2025. En línea con esto, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró la necesidad de mantener la política restrictiva hasta tener una mayor certeza sobre la convergencia de la inflación al objetivo del 2%. Mientras tanto, los datos de empleo en EE.UU. muestran un mercado laboral aún sólido, con una tasa de desempleo estable en torno al 4%.
En el ámbito corporativo, las empresas estadounidenses están registrando una de sus mejores temporadas de ganancias en tres años. Según datos de Bloomberg Intelligence, las ganancias por acción han aumentado un 12,5%, superando ampliamente el 7,3% estimado al inicio de la temporada. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre el impacto de las políticas arancelarias y las tasas de interés elevadas en la rentabilidad a largo plazo. Entre los sectores más destacados, el tecnológico continúa liderando con un fuerte repunte en valores como Meta, que cotizo en verde durante 19 días consecutivos, estableciendo un récord en el sector. Mientras tanto, Tesla enfrenta desafíos en China con la demora en la obtención de la licencia para conducción autónoma.
En Europa, los mercados han registrado la mayor entrada de capital en más de dos años, impulsados por las expectativas de un posible alto el fuego en Ucrania, lo que podría traducirse en un PIB más alto y una reducción en los costos energéticos. El índice de sentimiento económico ZEW alemán subió a 26 puntos, superando la previsión de 20, reflejando optimismo sobre el futuro del bloque. No obstante, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, advirtió sobre la debilidad del crecimiento en el Reino Unido y destacó que la desinflación sigue en curso, aunque persisten incertidumbres sobre el balance entre oferta y demanda. En Francia, la inflación interanual de enero a febrero se situó en 1,7%, por encima del 1,4% previsto, lo que podría generar ajustes en la política monetaria del BCE.
En Asia, la economía china sigue siendo objeto de atención, con Xi Jinping instando a las empresas privadas a mostrar su talento y confianza en el modelo chino. Alibaba ha experimentado un repunte del 55% en el último mes, mientras que la venta masiva de bonos chinos se ha profundizado por la escasez de efectivo y el optimismo en el mercado bursátil. Japón, por su parte, sigue enfrentando presiones inflacionarias, lo que refuerza las expectativas de un ajuste en las tasas por parte del Banco de Japón.
En el ámbito geopolítico, las negociaciones entre EE.UU. y Rusia en Arabia Saudita han generado expectativas sobre un posible fin a la guerra en Ucrania, aunque la ausencia de Kiev en las conversaciones ha sido motivo de preocupación para Zelenski. En Oriente Medio, Hamas ha manifestado disposición a ceder el poder en Gaza para extender el alto el fuego, mientras que Netanyahu reafirmó su compromiso con el plan de Trump para la región. Por otro lado, los precios del petróleo continúan bajo presión con la OPEP+ evaluando un posible retraso en el reinicio del suministro en abril, mientras que el ministro de Energía de EE.UU. ha enfatizado la importancia de aumentar la producción de energía nuclear.
En el ámbito comercial, la política arancelaria recíproca de Trump ha generado preocupaciones en la Unión Europea, que ha señalado que la medida va en la dirección equivocada. El secretario del Tesoro de EE.UU., Bessent, ha advertido que se analizarán no solo los aranceles, sino también las barreras no arancelarias y la manipulación de divisas. Las economías asiáticas se perfilan como las más expuestas a estos gravámenes, según analistas de Nomura Holdings Inc.
En el mercado de deuda, la subasta de bonos a 30 años en EE.UU. registró un rendimiento del 4,748%, por debajo del 4,913% anterior, lo que refleja una mayor demanda de activos seguros en medio de la incertidumbre macroeconómica. Mientras tanto, la Fed de Nueva York reportó que la deuda total de los hogares en EE.UU. aumentó un 0,5% en el cuarto trimestre hasta los 18,04 billones de dólares, con tasas de morosidad en ligero ascenso.
La inflación en EE.UU. continúa siendo una preocupación clave, con un IPC que sigue superando expectativas, lo que ha llevado a los operadores a posponer sus apuestas sobre recortes de tasas por parte de la Reserva Federal. Esto sugiere que la política monetaria se mantendrá restrictiva por más tiempo, limitando la liquidez y elevando los costos del capital para las empresas. Mientras tanto, la incertidumbre en torno a la política comercial de EE.UU. y su enfoque de aranceles recíprocos genera tensiones con la UE y Asia, lo que podría afectar los flujos de inversión y el comercio global. En Europa, la desaceleración económica se hace evidente con un crecimiento modesto y una inflación aún persistente, lo que complica la estrategia del BCE de cara a futuros recortes de tasas. En Asia, China enfrenta desafíos estructurales con una caída en la demanda de combustibles, incertidumbre en el sector tecnológico y una presión constante sobre sus mercados de renta fija, lo que podría amplificar la volatilidad en los mercados emergentes.
Mirando hacia adelante, el riesgo de una recesión global aún no se ha disipado por completo, pero la resiliencia del mercado laboral y la solidez del consumo en EE.UU. han mantenido a la economía a flote, retrasando el ajuste esperado. Sin embargo, la prolongación de tasas de interés elevadas podría generar un efecto de desaceleración más severo en la segunda mitad del año. En el frente geopolítico, las negociaciones entre EE.UU. y Rusia sobre Ucrania podrían representar un cambio significativo en la dinámica del conflicto, impactando la estabilidad energética y la confianza de los inversores en Europa. Además, la política fiscal en EE.UU., con propuestas de reducción de impuestos y un enfoque proteccionista en el comercio, podría generar distorsiones adicionales en la asignación de capital a nivel global. En general, los mercados enfrentan una fase de redefinición estructural en la que los bancos centrales, las políticas comerciales y las dinámicas geopolíticas serán los principales catalizadores de la volatilidad en los próximos meses.
En conclusión, los mercados financieros globales enfrentan un panorama de incertidumbre marcado por la persistencia de la inflación en EE.UU., la inestabilidad geopolítica y la implementación de nuevas políticas arancelarias. La expectativa de un crecimiento moderado en Europa, sumado a la resiliencia del mercado laboral estadounidense, sugiere que la política monetaria seguirá desempeñando un papel clave en la dirección de los mercados. Con el avance de las negociaciones de paz en Ucrania y la evolución de las políticas comerciales de EE.UU., los inversores estarán atentos a los desarrollos que puedan impactar la estabilidad económica global en los próximos meses.