Por: Jorge Juárez Li, Director del Centro de Investigación de FutureLab.
A raíz del retorno al confinamiento total en algunas partes del país, debido a la crisis sanitaria, resulta vital analizar y evaluar qué hicimos bien y qué podemos mejorar en este 2021. La llegada del Covid-19 al Perú, hizo que el Gobierno decrete inmediatamente el aislamiento social obligatorio a nivel nacional en 2020, y por ende, una serie de medidas para evitar la propagación del virus, siendo una de las que más impactó en la población: el trabajo remoto.
Esta medida tomó a las organizaciones por sorpresa, en pleno proceso de implementación de su transformación digital, mientras que otras aún no tenían al trabajo remoto como una opción. Esto generó muchos puntos de fricción entre empresa y colaborador, siendo otros puntos críticos la saturación de la red, las interminables y consecutivas reuniones, la falta de empatía por parte de los líderes, las horas extras no remuneradas, la poca flexibilidad, etc.; aspectos que generarían malestar en los trabajadores.
Sin embargo, es esencial que las empresas y sus líderes hayan podido hacer el ejercicio de evaluar su performance en 2020, para impactar con cambios positivos en este nuevo año que celebramos el Bicentenario del Perú. Definitivamente lo que estamos viviendo marcará un antes y un después en nuestro estilo de vida, por lo que el trabajo remoto se volverá una modalidad dentro de la mayoría de las compañías.
En ese sentido, los principales retos estarán enfocados en armonizar el ámbito laboral y familiar de los trabajadores y trabajadoras. Este equilibrio permitirá que los trabajadores puedan sentir que están cumpliendo sus diferentes roles (trabajador, padre, hijo, pareja) y además tener tiempo para su desarrollo personal. Además, sin perder de vista que la realidad de cada colaborador se puede complejizar dependiendo del género, cultura y edad.
En ese sentido, se necesita no solo una transformación digital, sino una transformación cultural que permita repensar los liderazgos, modos de organización y rituales en torno a lo laboral. Pensar en que volveremos a trabajar presencialmente, puede llevar a las organizaciones a mirar el trabajo remoto como parcial, cuando en realidad deberían pensarlo como un escenario muy probable. Ese escenario futuro es el punto de partida para que las áreas de experiencia del colaborador y recursos humanos piensen sus objetivos y modelos de gestión.
En el próximo estudio “Trabajo remoto y emociones durante la pandemia en Perú”, desarrollado por Brinca, con la colaboración de FutureLab y Krino, se evidenciará cómo están viviendo los peruanos esta nueva realidad laboral, cómo las empresas han venido batallando con la situación actual y así, puedan gestionar mejores estrategias para este año del Bicentenario.