El tan esperado nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez podría no abrirse el 30 de marzo debido a la falta de certificaciones y pruebas operativas cruciales, lo que genera incertidumbre en su lanzamiento.
La esperada inauguración del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, programada para el 30 de marzo, podría sufrir un retraso debido a la falta de pruebas operativas y certificaciones esenciales. A pesar de que la obra ha alcanzado un avance del 99,8%, las simulaciones de operatividad, necesarias para asegurar que todo funcione correctamente bajo condiciones reales, aún no se han completado.
Carlos Gutiérrez, gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), destacó que áreas críticas como el sistema contra incendios y la planta de combustible aún carecen de las certificaciones requeridas. Sin estas autorizaciones, el terminal no podrá operar al 100%, incluso si la infraestructura está lista.
Otro desafío significativo es el proceso de traspaso de operaciones del actual terminal al nuevo edificio. Expertos advierten que este proceso podría alargarse si no se realizan los ajustes necesarios a tiempo. Además, la planta de combustible y la operatividad de la nueva torre de control, que aún presenta limitaciones, siguen siendo puntos de preocupación.
La incertidumbre sobre la fecha de apertura también podría afectar la reactivación del sector turístico, que aún lucha por alcanzar los niveles previos a la pandemia. El nuevo terminal se había proyectado como un impulso clave para la llegada de turistas internacionales y la mejora de la conectividad del país, pero un retraso podría generar pérdidas económicas y afectar a empresas vinculadas al turismo y la aviación.
A pesar de los obstáculos, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha reiterado su compromiso de mantener la fecha de inauguración. Como parte de los preparativos, el MTC anunció el inicio del servicio de transporte AeroDirecto Norte, que facilitará el acceso al nuevo terminal. Sin embargo, las dudas sobre la instalación de señalización y la infraestructura vial continúan generando preocupación en los sectores implicados.
Si las pruebas de seguridad operacional no se completan a tiempo, el 30 de marzo podría ser una fecha postergada, lo que pondría a prueba la capacidad de las autoridades para garantizar una transición sin problemas a esta infraestructura crucial para el futuro del transporte en Perú.
