Por Felipe Mendoza, Analista de mercados Financieros ATFX LATAM
Los mercados financieros globales atraviesan un período de incertidumbre y volatilidad, marcado por movimientos significativos en los principales índices bursátiles, cambios en las expectativas de política monetaria y una creciente intervención gubernamental en asuntos comerciales y geopolíticos. En Estados Unidos, los comentarios de altos funcionarios de la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro reflejan preocupaciones sobre la inflación y el crecimiento económico, mientras que el mercado bursátil enfrenta una presión significativa con el S&P 500 cayendo por debajo de su media móvil de 200 días por primera vez desde noviembre de 2023.
El presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, Patrick Harker, ha señalado que la inflación sigue siendo un riesgo latente y que las presiones acumuladas podrían dificultar su reducción. Esto se suma a las declaraciones del gobernador de la Fed, Christopher Waller, quien indicó que, si los datos de febrero muestran un buen desempeño económico, se sentiría más confiado en que la inflación está bajo control. Sin embargo, también enfatizó que no ve argumentos sólidos para un recorte de tasas en marzo, lo que mantiene la incertidumbre en los mercados financieros. Al mismo tiempo, el secretario del Tesoro, Bessent, ha reiterado la intención de la administración de reducir los rendimientos a 10 años, enfatizando que los aranceles no serán un factor inflacionario. Sin embargo, los mercados reaccionaron con pesimismo ante estos comentarios, aumentando la probabilidad de recortes de tasas en 2025, con expectativas de hasta tres recortes el próximo año y una reducción acumulada de 75 puntos básicos descontados.
El índice S&P 500, que ha experimentado un nivel de volatilidad inusualmente alto, ha borrado todas las ganancias acumuladas desde las elecciones, mientras que los hedge funds han liquidado acciones a un ritmo récord. El Nasdaq ha entrado en una corrección técnica tras registrar una caída del 10% desde su máximo del 19 de febrero. En el ámbito de las criptomonedas, los futuros de Bitcoin sufrieron una caída inicial del 7% tras declaraciones de David Sacks, el encargado de criptomonedas en la Casa Blanca, quien afirmó que la reserva estratégica de Bitcoin no utilizará fondos de los contribuyentes, aunque autorizó a la SEC y al Tesoro a desarrollar estrategias para adquirir activos digitales sin impacto presupuestario.
El mercado laboral de Estados Unidos sigue siendo un punto de interés clave para los inversores y analistas económicos. El informe de Nóminas No Agrícolas (NFP) es un indicador crucial que podría determinar el rumbo de la política monetaria de la Fed en los próximos meses. Las previsiones de los bancos de inversión apuntan a un dato clave en el NFP que influirá en las expectativas de tasas de interés. Goldman Sachs ha planteado diferentes escenarios en función del resultado del NFP, los cuales impactarán directamente en la probabilidad de recortes de tasas a lo largo del año. Los analistas del mercado han estado ajustando sus expectativas, mientras que los funcionarios del Tesoro y la Reserva Federal siguen observando de cerca los desarrollos en el empleo y la inflación para tomar decisiones informadas sobre la política monetaria.
El secretario de Comercio de EE.UU., Lutnick, destacó que los nuevos empleos manufactureros creados en el país serán bien remunerados y aprovecharán avances en robótica e inteligencia artificial. Además, enfatizó que los aranceles no financiarán el Fondo Soberano de EE.UU. y que la administración está trabajando para atraer más empleos industriales de vuelta al país. No obstante, los datos recientes han reflejado un enfriamiento en algunos sectores de la economía, con implicaciones para la fortaleza del mercado laboral a largo plazo. La proyección del PIB de la Fed de Atlanta para el primer trimestre de EE.UU. cayó a -2,41%, reflejando un ajuste respecto a la previsión anterior de -2,83%, lo que refuerza la narrativa de una desaceleración económica que podría afectar el empleo.
Las políticas comerciales y arancelarias también han dominado el panorama financiero estadounidense. El expresidente Donald Trump ha señalado que retrasará los aranceles a productos de Canadá y México bajo el T-MEC hasta el 2 de abril, mientras que su administración evalúa nuevas sanciones contra China. Además, Estados Unidos planea imponer aranceles a buques vinculados con China y ha instado a sus aliados a adoptar medidas similares. En el ámbito energético, el Departamento del Tesoro ha anunciado sanciones más agresivas para cerrar el acceso de Irán al sistema financiero global y limitar su capacidad de exportación petrolera.
El sector corporativo no ha sido inmune a estos movimientos. OpenAI y Oracle han señalado su interés en adquirir chips de Nvidia por valor de miles de millones para impulsar el desarrollo de su infraestructura tecnológica bajo el proyecto Stargate. En el sector manufacturero, el secretario de Comercio, Lutnick, ha enfatizado que los empleos relocalizados en Estados Unidos serán altamente remunerados y dependerán de la robótica y la inteligencia artificial, destacando que los aranceles no financiarán el Fondo Soberano estadounidense.
En Europa, el Banco Central Europeo (BCE) enfrenta un dilema sobre futuras reducciones de tasas. Fuentes del BCE han indicado que es probable que las tasas continúen bajando y que el 2,5% no sea el punto más bajo del ciclo. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado que se alcanzará el objetivo de inflación en 2026, con un retraso atribuido a los precios de la energía. Además, ha expresado su oposición a los aranceles, considerándolos netamente negativos para la economía. En el ámbito fiscal, la Unión Europea ha iniciado discusiones sobre una reforma a largo plazo de sus reglas fiscales enfocadas en la defensa.
Alemania ha presentado datos económicos preocupantes, con los pedidos de fábrica cayendo un 7,0% en enero, muy por debajo de la estimación del -2,5%, lo que refleja una desaceleración en la mayor economía de la zona euro. En contraste, el PIB de la eurozona creció un 0,2% en el cuarto trimestre de 2024, alcanzando un incremento del 1,2% interanual.
En Asia, China ha mostrado signos de una recuperación moderada, con sus acciones registrando el mejor desempeño trimestral en comparación con las estadounidenses en 18 años, a pesar de que los inversores globales siguen manteniendo una posición infra ponderada en el país. Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones chinas se desaceleró más de lo esperado a principios de año, debido en parte al impacto de los aranceles estadounidenses. En Japón, los rendimientos de los bonos gubernamentales han alcanzado niveles no vistos desde la crisis financiera de 2008, con el bono a 20 años registrando un rendimiento del 2,25% y el bono a 30 años alcanzando el 2,556%.
En conclusión, los mercados financieros se encuentran en un estado de alta volatilidad, impulsado por la incertidumbre en torno a las decisiones de política monetaria, la evolución de las relaciones comerciales internacionales y los crecientes riesgos geopolíticos. Los inversionistas continúan evaluando el impacto de los aranceles, las expectativas de recortes de tasas y la dinámica del mercado laboral, mientras que los gobiernos y bancos centrales navegan en un entorno económico desafiante con implicaciones de largo alcance para la estabilidad global.