En Perú, el 71 % de las compañías logran alcanzar el proceso de implementación de la IA en menos de doce meses y el 51 %, en seis meses. Ambos porcentajes superan el promedio global del 48 %, según ESAN.
A pesar del avance tecnológico, el factor humano sigue siendo irremplazable. La clave para el futuro del trabajo en estos sectores radica en encontrar el equilibrio perfecto entre la automatización y las habilidades humanas, asegurando no solo mayor eficiencia, sino también seguridad y adaptación al cambio.
“El uso de IA en industrias como la minería, la construcción y la manufactura ha permitido mejorar la productividad mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, la optimización de procesos y la detección temprana de fallos. Desde sistemas de mantenimiento predictivo hasta algoritmos que evalúan riesgos en tiempo real, la inteligencia artificial ayuda a reducir tiempos de inactividad y a mejorar la seguridad laboral.” agregó Felipe Sanhueza, CEO y Co-founder de Pignus.
Sin embargo, estos avances sólo pueden ser efectivos si están complementados por el juicio humano. La IA puede procesar información y detectar patrones con precisión, pero la interpretación de estos datos y la toma de decisiones estratégicas aún dependen de la experiencia y el criterio de los trabajadores. En este sentido, la tecnología se convierte en un aliado y no en un sustituto del talento humano.
Otro pilar del futuro del trabajo industrial es la realidad virtual, que ha revolucionado la capacitación y la preparación de los trabajadores. Gracias a entornos simulados, los empleados pueden entrenarse en condiciones de riesgo sin exponerse a situaciones reales de peligro.
Si bien la tecnología está automatizando muchas tareas operativas, hay competencias humanas que siguen siendo esenciales en los sectores industriales. Habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y la adaptabilidad son fundamentales para gestionar el impacto de la transformación digital en el entorno laboral.
“Las empresas industriales deben dejar de ver la tecnología como una simple herramienta de optimización y comenzar a considerarla como un habilitador del talento humano. La IA y la VR pueden hacer que los entornos de trabajo sean más seguros, eficientes y productivos, pero solo si se utilizan de manera estratégica, poniendo siempre al trabajador en el centro del proceso.” precisó Sanhueza.
El futuro del trabajo en sectores industriales dependerá de la capacidad de las empresas para equilibrar tecnología y talento humano. La inteligencia artificial y la realidad virtual están revolucionando la manera en que se trabaja, pero su éxito no radica en la automatización total, sino en la integración con las habilidades humanas.
Las organizaciones que entiendan esta dinámica y apuesten por un enfoque de colaboración entre la tecnología y el talento humano serán las que logren diferenciarse en un mundo cada vez más digitalizado. En este camino, la clave será invertir en formación, fomentar la adaptabilidad y construir entornos donde la innovación y las competencias humanas trabajen juntas para un futuro más seguro y eficiente.