Agresión burocrática al administrado

Por Antero Flores-Araoz

Se acaba de conmemorar el centenario del deceso del reputado escritor checo Franz Kafka, quien con ingenio y sapiencia nos hacía ver en sus escritos, los absurdos en que muchas veces caía la naturaleza humana, el ilógico proceder de infinidad de nuestros congéneres y, hasta el humor negro que parecería contener episodios de la vida diaria.

Muchas veces calificamos de kafkiana la argumentación de gran parte de la administración pública, incluso de la aprobación de normatividad confusa a veces, reiterante otras e inentendible mucha, cuando no contradictoria.

Bueno pues, los sufridos ciudadanos que soportamos las incoherencias y abusivos trámites a que nos obliga nuestra burocracia, sea del gobierno nacional, del regional y del municipal, le podríamos decir al genial Franz Kafka que se quedó chico, y que si hubiese vivido en el Perú su obra sería más extensa, que no necesitaría de su imaginación, pues bastaría su observación.

Todo lo anterior me viene a la mente, al recibir el correo de un buen amigo desde la infancia, compañero de clase desde la primaria y por supuesto con larga existencia. Mi amigo, que por supuesto no divulgaré su identidad pues no le pedí autorización para publicarla, me narra lo siguiente:

“Mi carro, comprado en 1998, pero gracias a Dios en buen estado, está todavía con las placas amarillas y por descuido no las había cambiado por las blancas. Revisé los pasos a seguir para efectuar el cambio y el primero era solicitar el cambio en la SUNARP.

No tuve que presentar ningún documento al presentar mi solicitud y además de mis datos personales me pedían el número de la placa. Me cobraron unos derechos de S/. 25.60. Me indicaron que el resultado lo tendría en diez días hábiles.

Cumplido el plazo me presenté y me entregaron varios documentos, Orden de giro a la Asociación Automotriz del Perú. Anotación de Inscripción y Tarjeta de Identificación Vehicular Electrónica. Me asignaron el nuevo número de placa y en el primero de los documentos se indica NO AUTORIZA A TRANSITAR.

En ese primer documento aparecemos (nombre de la esposa)  y yo como propietarios del vehículo, con nuestros respectivos números de DNI, pero aparece como número de documento L.E., es decir Libreta Electoral. No entiendo el que los números de documento señalan L.E. y los números son los de los DNI. Cuando me comuniqué con la Asociación Automotriz del Perú, me dijeron que no podían aceptar el documento porque el tipo de documento debe ser el DNI.

Me presenté nuevamente a la SUNARP, y me dijeron que se debería hacer una rectificación, para lo cual debía llevar copias legalizadas de los DNI de ambos. Saqué las copias y las hice legalizar en una Notaría.

Con las copias legalizadas me presenté nuevamente en la SUNARP en la que me hicieron llenar unos documentos y pagar en caja los derechos correspondientes. En caja tuve que pagar S/. 96.20 (S/. 48.10 por cada uno). Me sorprendió mucho el importe y se lo dije a la empleada, porque lo único que tenían que hacer era cambiar las letras L.E. por DNI y me parecía un abuso el derecho que me cobraban.

Luego me dijeron que el trámite demoraba 10 días hábiles. Por supuesto también me sorprendió el plazo para solamente cambiar unas letras y se lo dije a la empleada,

Después de todo este embrollo y de pagos abusivos (según mi punto de vista), no termina el calvario, porque me dijeron que harían el cambio en los archivos y luego tendré que solicitar, previo pago de derechos, Orden de Giro a la Asociación Automotriz del Perú, para tener el documento con el que recién puedo solicitar el cambio de placas. No tengo conocimiento si otra vez demorarán 10 días hábiles para entregármelo ….. Siento que tengo la razón, pero que igual voy preso”

Hasta aquí el relato de mi amigo. ¿Qué es lo que sucederá las siguientes semanas? Solo Dios lo sabe, aunque no creo que pueda mitigar el fastidio y enojo absolutamente razonable de mi amigo.

Figúrese el apreciado lector, si para un simple cambio de placas hay que soportar tanto papeleo y pérdida de tiempo, aunque todavía sin concluir el trámite, lo que sucede con temas más complejos como los permisos energéticos, de telecomunicaciones, de minería, de pesca y muchos otros más.

Evidentemente así no podemos seguir, el Perú necesita un cambio y radical ante tan abrumadora e ineficiente burocracia, aunque no debemos hacer generalizaciones pues también hay empleocracia pública eficiente.

Queremos terminar con la informalidad, pero ello no será realidad mientras no se fumigue la administración pública, se despejen trámites, se expulsen requisitos innecesarios y exista más comprensión con el administrado, con cuyos impuestos se remunera a los funcionarios públicos, muchas veces para que te hagan la vida a cuadritos.

¡Kafka bien pudo ser peruano!